La mandataria explicó que, en Chile, "hay un escenario más estrecho desde el punto de vista económico, pero hay cuestiones que nos parecen trascendentales, que no se renuncia".
Santiago. La presidenta chilena, Michelle Bachelet, reconoció hoy que su gobierno enfrenta estrechez económica, pero que no renuncia a las reformas estructurales de su programa de gobierno, que "son trascendentales".
En una entrevista con el diario La Tercera, la mandataria explicó que, en Chile, "hay un escenario más estrecho desde el punto de vista económico, pero hay cuestiones que nos parecen trascendentales, que no se renuncia".
Puso como ejemplo, que "no está en cuestión la gratuidad universal en educación. Lo que sí, a lo mejor, no lo vamos a poder cumplir en los seis años que dijimos, sino que demorará un poquito más".
Ratificó que el gobierno llevará a cabo de ajuste, pero con realismo, y las metas se mantienen, como la Reforma Tributaria, que elevó de 20% a 25% el impuesto a las empresas; la reforma a la Educación; y una proyectada nueva Constitución para Chile
Afirmó que las redefiniciones que hace el gobierno sobre su programa hasta el 2018 "tienen que ver con algunos elementos que han tomado mucha fuerza hoy, como -por ejemplo- la seguridad ciudadana", dada la alta delincuencia".
Respecto del concepto "realismo sin renuncia", Bachelet dijo compartir "plenamente" con el escenario que los ministros Rodrigo Valdés (Hacienda) y Jorge Burgos (Interior) tienen, en el sentido de que "tenemos que actuar de manera realista".
Opinó que "realismo puede querer decir a veces 'mira, esto que yo había dicho que iba a hacer, no se puede'. Pero tú puedes decir -por ejemplo- 'mire, vamos a focalizarnos en 20 hospitales y si podemos hacemos más de 20'. Eso es realismo".
Dijo que hay mucha interpretación que no refleja para nada lo que pasó en la reciente reunión de la coalición oficialista Nueva Mayoría, indicando que "fue conversación muy abierta, muy franca, con todos, y, sin duda, puede haber personas con puntos de vista diferentes, porque en la Nueva Mayoría hay matices".
No obstante, dijo que "el cónclave fue percibido por todos como muy exitoso, en el sentido de que aquí lo que necesitamos es avanzar unidos, tras una hoja de ruta común y que estamos todos de acuerdo con el programa de gobierno".
Sobre la baja popularidad en las encuestas, Bachelet reconoció que "no hemos sido capaces como gobierno, tal vez, de explicar de mejor forma de qué manera esos cambios van a ser beneficiosos en las vidas de los chilenos".
Afirmó que, "por un lado, ha habido dificultades de comunicación, pero por otro, también de gestión de las reformas. A eso se suma la agudización de un fenómeno que en Chile se da hace ya algunos años, que es una tremenda desconfianza en los líderes políticos, en las instituciones, y que en esta ocasión también me ha afectado a mí".
Señaló que "los temas de la política y los negocios hicieron que al final todos seamos sospechosos de cualquier cosa", señaló Bachelet en referencia a lo ocurrido con el caso Caval, donde se vio involucrado su hijo Sebastián Dávalos, quien debió renunciar a su cargo de responsable cultural de La Moneda.
La mandataria respondió a las críticas de algunos sectores de la Nueva Mayoría que reclamaron por la falta de un análisis económico durante el cónclave de la Nueva Mayoría:
"En mi discurso inicial me referí al tema de la economía, pero el objetivo del cónclave no era hacer un seminario sobre economía. No era discutir las siete medidas para evitar el desempleo. Para eso, hay otros espacios".
Recordó que el ministro de Hacienda se ha reunido con los partidos, ha sincerado claramente cuál es nuestro diagnóstico.