Las prolongadas negociaciones entre la UE y Mercosur podrían contar a finales de año con un intercambio de ofertas. Así la información oficial.
Un renovado impulso a las negociaciones del gran acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea se esperaba como resultado de la II Cumbre entre Celac y la UE en Bruselas.
Aunque la presidenta brasileña Dilma Rousseff declaró que el Mercosur estaría listo para entregar una oferta al bloque europeo, según observadores de estas lentas y accidentadas negociaciones, las grandes declaraciones optimistas en el contexto de esta cumbre birregional –como lo fueron anteriormente la de Santiago en 2013 y la de Madrid de 2010- han perdido aliento.
Con todo, al parecer ya existe una oferta concreta consensuada con Argentina, al parecer, la más difícil de convencer de las bondades de este acuerdo. La pregunta es si esa oferta será suficiente para los europeos, o si éstos llegarán a hacer una propuesta lo suficientemente atractiva como para "enamorar" otra vez al gigante sudamericano.
Con todos o con ninguno. Si así no fuese, ¿negociar con el que esté dispuesto? ¿Un Mercosur de dos velocidades? Fuentes oficiales europeas reiteran que el mandato que tienen es para negociar con todos: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
Al fantasma de acuerdos parciales, que iba cobrando cada vez más fuerza hasta hace poco, las declaraciones oficiales le quitan la sábana. “Tenemos mandato para negociar con un bloque y mientras nos sigan dando señales de que hay interés seguiremos negociando”, explicaba a la prensa un alto oficial de la UE.
En la apertura para los productos agrícolas de Mercosur y el libre paso para los productos industriales europeos así como la seguridad para sus inversiones se estancaron las negociaciones en el pasado.
Con todo, "hoy en día, si Europa propusiera una liberalización total de la agricultura no bastaría para algunos de los estados miembros del Mercosur y en particular para la Argentina que está en un proceso de reindustrialización. Un acuerdo de libre comercio amenazaría varias políticas públicas; además está muy centrada en asuntos domésticos”, responde a DW Sebastián Santander, politólogo de la Universidad de Lieja, especialista en procesos de integración.
“En Brasil también hay temor: por un lado que la competencia europea afecte las industrias brasileñas que ya están bajo presión a causa de la competencia china. Por otro, ante la posibilidad de que se concluyese el acuerdo con Estados Unidos, el riesgo de quedar fuera de las cadenas de valores”.
Ante esta situación, “no es creíble que hacia el fin del verano haya una oferta que sea suficiente para ambas partes porque los obstáculos seguirán siendo los mismos”, afirma Santander. Como fuere, los ministros de ambos bloques han intercambiado información general sobre sus ofertas. Un intercambio formal de ofertas se anuncia para el último trimestre de 2015.