"Las cargas de este siglo no pueden caer sólo en nuestros soldados, no puede caer sólo sobre los hombros de los estadounidenses", dijo el mandatario.
West Point. El presidente Barack Obama insistió este sábado en que Estados Unidos no puede actuar solo en el mundo, dado que ha delineado una nueva estrategia de seguridad nacional destinada a cimentar su ruptura con el enfoque de la era de George W. Bush, más unilateral.
Obama, quien presentó su visión para mantener seguro a Estados Unidos mientras mantiene guerras en Afganistán e Irak, puso la cooperación internacional en el centro de su política exterior, en contraste a lo que detractores denominaron la "política de cowboy" de su antecesor.
"Las cargas de este siglo no pueden caer sólo en nuestros soldados, no puede caer sólo sobre los hombros de los estadounidenses", dijo Obama durante una graduación de cadetes en la Academia Militar de West Point.
Los asesores de Obama habían visto este discurso como una previa de su Estrategia de Seguridad Nacional -un documento político requerido por ley a cada presidente estadounidense- antes de que se divulgue la semana próxima.
Bush presentó en 2002 lo que se conoce comúnmente como la "Doctrina Bush", asegurando que el país lanzaría una guerra preventiva contra países y grupos terroristas que representaran una amenaza a Estados Unidos. Posteriormente se produjo una invasión a Irak liderada por Washington.
El Gobierno de Obama ha insinuado que la nueva estrategia presidencial se alejará de ese controversial concepto y recalcará la necesidad de evitar ataques mediante lazos multilaterales y una inteligencia sólida.
Aunque Obama no dio detalles, recalcó que la única razón por la que las fuerzas militares estadounidenses siguen peleando en Afganistán es porque "persisten complots hasta este día" de militantes de Al Qaeda estuvieron detrás de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Obama dijo que se deben fortalecer los lazos existentes, construir nuevas alianzas y promover los derechos humanos en el mundo.
También mantuvo su alcance sobre el mundo musulmán. Aunque acusando a Al Qaeda de distorsionar los valores islámicos, evitó el uso de términos como "guerra del terror" y "fascistas islámicos" que Bush usaba regularmente.
"Los extremistas quieren una guerra entre Estados Unidos y el Islam, pero los musulmanes son una parte de nuestra vida nacional", dijo.
El discurso se produce una semana después de que recibiera al presidente afgano Hamid Karzai en la Casa Blanca, donde presentaron un frente unido para mostrar que las diferencias habían quedado atrás.
Pero no significa que el Gobierno o los legisladores hayan ganado una total confianza en Karzai como un socio creíble.
El desafío de Obama es convencer al escéptico público estadounidense y al Congreso de que vale la pena pelear y financiar la guerra y evitar que Afganistán se convierta en una debilidad política en año electoral.