El ex presidente Jorge Batlle repasó la situación de su partido, el Colorado, y del escenario político nacional, con mira a las presidenciales. "Hoy por hoy el Frente (Amplio) empieza a tener debilidades ante la opinión pública notorias: sus diferencias internas crecientes", destacó el ex mandatario.

Su secretaria todavía lo llama “presidente”. Desde su escritorio, repleto de recuerdos de la trayectoria política de su familia que muestra con orgullo y minuciosos detalles, el ex mandatario colorado Jorge Batlle dialogó con El Observador y analizó la realidad política.

Asegura que no quiere meterse en el día a día del partido porque está “fuera de la carrera” y que se limita a opinar solo cuando lo llaman. Confía en la recuperación del Partido Colorado, pero cree que eso dependerá en gran parte de la posibilidad de recuperar el ala batllista que perdió fuerza en la colectividad.

-¿Cómo ve usted el liderazgo absoluto que hoy tiene Pedro Bordaberry en el Partido Colorado?

-Los liderazgos no se dan, sino que se forman por parte de las personas que tienen vocación política. Si existe hoy un liderazgo sin ninguna duda claramente mayoritario de Pedro Bordaberry es porque los demás no han hecho lo posible por hacer lo propio. De cualquier manera, hay un agujero grande en el Partido Colorado y alguien lo va a ocupar; el partido lo precisa. Siempre hubo un ala riverista y un ala batllista y eso no fue malo, sino que fue una sumatoria. El Partido Colorado ha mejorado mucho y va a requerir la presencia de otro sector fuerte.

-¿Ese agujero es la falta de una presencia batllista fuerte que se perdió?

-Es la falta de otro sector político que tenga otra imagen. Es necesario y debería estar más próximo a la visión batllista.

-¿Sin dar ese paso cree que el crecimiento del partido está comprometido?   

-Yo no digo que el crecimiento cese, porque considero que se van a dar otras cosas que van a influir muchísimo en la vida política nacional. Pero sería mucho mejor que surgiera otro movimiento.

-Los analistas creen que Bordaberry tiene una imagen de derecha. ¿Esa ala batllista podría captar votos de centro?

-Yo no soy proclive a mantener esa terminología, porque no tiene ningún valor. Para mí, el gobierno actual es absolutamente de derecha. Lo que sí creo es que se precisa dentro del Partido Colorado un sector que esté más cerca de lo que significó la idealidad del batllismo. Uruguay es un país de centro, de clase media. Tiene sectores radicales pero básicamente es de centro.

-¿Qué autocrítica hace? ¿Por qué el batllismo siempre fue muy fuerte y hoy perdió ese lugar?

-No se trata de autocríticas, sino de observar el momento histórico que uno está viviendo. Lo importante es que el partido reconozca la existencia de ese agujero político y se ocupe para darle un  sostén más amplio para tener una elección importante. A diferencia de lo que habitualmente sucede, los hechos económicos no van a tener tanta relevancia en el próximo acto electoral como casi siempre.

-¿Cuáles van a ser?

-Si usted tiene una situación económica placentera, empiezan a ser importantes otros problemas que antes cedían ante el malestar económico y que la gente no lo tenía presente para decidir su voto. La educación es una cosa que afecta a toda la sociedad y la seguridad es otra cosa muy fuerte. Va a haber aspectos diferentes a los usuales. Yo recuerdo perfectamente la conversación que tuve con el doctor Vázquez después de la elección (de 1999). Yo lo fui a ver a la casa y el me dijo: ‘usted me embromó porque yo pensé que me iba a atacar por el comunismo’. Pero yo le dije que esas cosas estaban fuera de concurso y yo hice un planteo económico sobre el Impuesto a la Renta, porque eso afectaba a la vida de los ciudadanos. Pero eso hoy ya está implantado; a la gente le disgusta pero ya está. Eso no está en consideración pero surgen estas otras cosas que están sobre la mesa.

-¿Cree que alguien tiene chance de llegar a la presidencia si Tabaré Vázquez compite?

-Este asunto no es tanto del candidato, sino de la situación del Frente Amplio como un todo. Hoy por hoy el Frente empieza a tener debilidades ante la opinión pública notorias: sus diferencias internas crecientes, el predominio de un sector minoritario como el Partido Comunista que tiene a cargo la segunda administración del país. También está todo el problema de la influencia corporativa dentro de la sociedad. Todo eso que parecería que tiene poco reflejo en el voto, empieza sin embargo a tener relevancia en los distintos sectores que, pese a la bonanza económica, empiezan a ver que el gobierno presenta incertidumbres crecientes que se van a incrementar de aquí adelante. Uno ve que en el Frente hay un sector encabezado por Asamblea Uruguay que opina de determinada forma y el resto de una forma absolutamente opuesta. Sino, jamás el subdirector de la OPP saldría a hacer planteos de carácter económico y a decir quien es el que maneja la economía. Eso no lo dice por cuenta propia.

-¿Qué pasaba si en su gobierno sucedía eso?

-Ah, lo relevo. No pongo al subdirector para decir quién maneja la economía.

-¿Los otros partidos tienen posibilidades reales de acceder a la presidencia?

-No sé si los otros partidos. Yo creo que el Partido Colorado tiene más chances que el Partido Nacional en un proceso electoral como el que se está dando.

-Entonces, ¿para usted el desafío de los colorados no es salir segundos, sino que cree que pueden ganar?

-El Partido Colorado tiene más chances que el Partido Nacional. No me van a sacar de lo que digo.

-En las últimas elecciones, blancos y colorados juntos votaron mejor que en 2004, lo que lleva a pensar a muchos en fusionarse para llegar al poder ¿Lo comparte?

-No, no creo que sea bueno. No sirve. Los partidos existen por alguna razón. Sería un error cultural y tampoco se alcanzaría el objetivo porque, al fin y al cabo, yo enfrenté al doctor Vázquez y perdió. Los dos partidos se sumaron detrás de un proyecto de país y hubo participación de varios ministros blancos.

-¿Por qué dice que este gobierno es de derecha?

-Por izquierda se entiende un gobierno que está a favor del pueblo y por derecha uno que le hace mal al pueblo. Esa es la interpretación del ciudadano que anda por la calle. Entonces, ¿es de derecha o de izquierda darle a una persona diez años de subsidio para que viva sin trabajar? Para mí es de derecha, porque no le hace bien ni a la persona ni a la sociedad. El gobierno es de derecha porque en vez de hacerle bien, le hace mal a la gente.