Bolivia argumenta que las aguas provienen de manantiales o vertientes que fluyen artificialmente a Chile, pero ese país sostiene que es un río de curso internacional y exige el aprovechamiento libre del caudal.
La Paz. El presidente de Bolivia, Evo Morales, descartó este martes que su gobierno vaya a brindar una explicación a la administración del presidente chileno Sebastián Piñera sobre el proyecto que se ejecuta con las aguas del manantial Silala, cercano a la región fronteriza con Chile.
Bolivia argumenta que las aguas provienen de manantiales o vertientes que fluyen artificialmente a Chile, pero ese país sostiene que es un río de curso internacional y exige el aprovechamiento libre del caudal.
"Bolivia no rendirá cuentas ni informará a Chile respecto del uso de las aguas del Silala, en Potosí, porque las vertientes están en territorio boliviano", afirmó el presidente Morales en un acto público de celebración de los 186 años de la Armada Boliviana, realizado en la ciudad amazónica de Trinidad, al noreste de Bolivia.
Morales respondió así a la solicitud de información del gobierno de Chile sobre las obras en esa región fronteriza, con el argumento de que esas aguas, que fluyen con un volumen de 205 litros por segundo, son parte de un río internacional que beneficia también a su territorio.
La controversia con el vecino país por las aguas del Silala es centenaria.
El mandatario boliviano dijo que en los últimos días se generó un "debate permanente" sobre el Silala, y consideró que el proyecto de criadero de peces que se ejecuta en esa región, es una forma de sentar soberanía.
"Quiero que sepa el gobierno de Chile que no vamos a rendir cuentas ni informar, porque sentamos soberanía en el departamento de Potosí mediante el aprovechamiento de aguas del Silala", enfatizó.
Además, ratificó todo el apoyo de su administración a la Gobernación de Potosí, al proyecto que se ejecuta y a otros futuros que están en preparación en esa región, que afectará al caudal de esas aguas que abastecen al norte chileno.
El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alfredo Moreno, afirmó días atrás que su país aún espera la respuesta de Bolivia sobre las obras que se ejecutarán en la parte boliviana con esas aguas.
La Gobernación de Potosí inauguró el pasado 27 de octubre la construcción de criaderos de truchas con aguas del Silala. Esta iniciativa, apoyada por el gobierno de Evo Morales, despertó el malestar de autoridades chilenas.
Bolivia, además, le reclama a Chile el pago de una deuda histórica por el uso de las aguas del Silala desde hace más de 100 años.
La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, afirmó en días pasados que Chile tendría que pagar entre US$8.000 y US$10.000 millones por el uso de las aguas de Silala, desviadas artificialmente por ese país.
Según la posición del presidente Morales, las vertientes del Silala están en territorio boliviano, por tanto son aguas que nacen en Bolivia y no de un río internacional.
"Por tanto, ni el gobierno nacional, ningún sector social, ninguna institución tiene la obligación de rendir cuentas o informar al gobierno de Chile nada", ratificó.
Lamentó que Chile pretenda que el uso de esas aguas sea sometido a los derechos internacionales, hecho que calificó de un equívoco.