Caranavi está a 160 kilómetros de la ciudad de La Paz, por lo que si caminan a un ritmo de 20 kilómetros, como lo hicieron en los últimos días, llegarían a su objetivo en ocho días.
La Paz. Habitantes de Caranavi salieron este viernes a las calles y recibieron con música de bandas, aplausos y alimento a los indígenas, que se mostraron sorprendidos por las muestras de cariño. Los marchistas retomarán la caminata este domingo, pero dudan llegar a La Paz antes de las elecciones judiciales.
Caranavi está a 160 kilómetros de la ciudad de La Paz, por lo que si caminan a un ritmo de 20 kilómetros, como lo hicieron en los últimos días, llegarían a su objetivo en ocho días.
El diputado indígena Bienvenido Zacu explicó que las condiciones climatológicas y el terreno harán difícil la caminata, por lo que consideró que llegarán a la sede de gobierno después de las justas del domingo 16.
Decenas de personas, entre ellas escolares, esperaron a los marchistas a dos kilómetros del ingreso a Caranavi, desde donde acompañaron a los indígenas que a medida que se acercaban a la ciudad recibían muestras de solidaridad como la entrega de refrescos y alimentos. Al frente de la columna iban jóvenes en moto enarbolando banderas blancas en señal de paz.
La policía también resguardó el paso de los marchistas, que recorrieron al menos 20 kilómetros desde la población de Carrasco. Llegaron hasta la plaza principal, donde se realizó un breve acto en el que la dirigencia indígena agradeció el recibimiento, mientras que sus anfitriones destacaron el esfuerzo que despliegan en defensa de su territorio y el medio ambiente.
“Caranavi no es lo que ustedes pensaban, ni tampoco es lo que han dicho otras personas, Caranavi es esto, este solidario corazón de caranaveño que quiere entregarles un pequeño granito de arena”, sostuvo un vecino en alusión a las amenazas de dirigentes de los colonos como Richard Quispe, quien el martes advirtió que darían chicotazos a los indígenas.
“Estamos sorprendidos”, “es el mejor recibimiento que hemos tenido”, “estamos felices”, fueron, entre otras frases, las que repetían los indígenas que iniciaron el 15 de agosto, en Trinidad, una marcha rumbo a La Paz en rechazo a la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).