Bolivia se pronunció por primera vez sobre el litigio marítimo que sostienen Chile y Perú, reclamando ante la Corte Internacional de Justicia su derecho de un acceso soberano al Pacífico. El territorio en disputa fue parte de una fórmula de salida al mar perfilada entre La Paz y Santiago en 1975.
La cancillería, a través de un comunicado, informó este lunes sobre la posición asumida y comunicada vía nota diplomática al tribunal internacional, una vez concluyó la revisión de los alegatos y anexos del diferendo entre los dos países vecinos que se tramita, desde el 2008, ante la Corte Interamericana de Justicia de La Haya.
El gobierno del presidente peruano Alan García asegura que su frontera marítima se extiende más allá de la actual línea limítrofe que defiende Chile. De ganar Lima el diferendo, su frontera se extendería hacia el sur, lo que derivaría en que Santiago resigne una frontera que actualmente es una línea recta entre el territorio y el mar.
“Luego de un análisis de los antecedentes y fundamentos históricos y jurídicos, la posición de Bolivia en torno a dicho diferendo marítimo, manifiesta como propósito principal, el de hacer conocer a ese alto Tribunal de Justicia Internacional, sus criterios respecto a un tema de vital interés para el pueblo boliviano, cual es su derecho al acceso soberano al océano Pacífico”, refiere el comunicado oficial.
La línea recta del territorio marítimo en disputa entre Perú y Chile fue parte en 1975 de una fórmula de solución a la demanda boliviana, conocida como el ‘Abrazo de Charaña’.
Los gobiernos de Augusto Pinochet y Hugo Banzer hablaron de una salida por un corredor con continuidad marítima al norte de Arica. Las conversaciones no prosperaron porque Perú pidió un dominio tripartito de la zona, que fue su territorio en el siglo XIX.
Certidumbre. Para el ex embajador Javier Murillo la posición boliviana ante la Corte Internacional de Justicia buscaría hacer notar la importancia que tiene la resolución pronta del diferendo chileno-peruano para dar claridad a cualquier negociación futura entre La Paz y Santiago sobre una salida al mar.
“La solución daría certidumbre a una eventual negociación encaminada a una salida soberana al Pacífico por una franja al norte de Arica, de manera que se pueda saber con exactitud hacia qué dirección se extendería esa eventual costa a la que aspira Bolivia (a la línea de la Concordia o seguiría una línea oblicua hacia el sur de ganar Perú la demanda)”, explicó.
El gobierno de Chile, por su parte, insistentemente afirma que no tiene conflictos de límites con Perú.
En enero, el periódico La Tercera reveló que entre los argumentos de su país estaba, precisamente, mencionar las negociación de Charaña. El objetivo de este punto era cuestionar que Perú no había manifestado con anterioridad su inconformidad con los límites entre ambos países.
La Paz y Santiago iniciaron el 2006 un proceso de diálogo sobre una agenda de 13 puntos, donde está incluido el mar. La administración del presidente Evo Morales decidió el 23 de marzo dar un giro a la política marítima y demandar a Chile ante tribunales internacionales ante la falta de propuesta de solución a la demanda.
Se creó la Dirección de Reivindicación Marítima, presidida por el exministro de Defensa Rubén Saavedra, para que diseñe la estrategia jurídica. Saavedra, junto a una comitiva oficial, se encargó, precisamente, de hacer conocer al Tribunal de La Haya la posición sobre el lío de los vecinos.
El vicepresidente Álvaro García informó este lunes que el gobierno está dispuesto a restablecer el diálogo sobre la agenda de 13 puntos, pero recordó que fue el gobierno de Sebastián Piñera quien los suspendió.