Durante un acto público el mandatario boliviano criticó el actual estado de las universidades públicas, las que estarían en un momento de “decadencia académica” y en las que “no se está enseñando bien” a los estudiantes.
La Paz. El mandatario Morales criticó a las universidades públicas porque “mucho farrean”, además de la baja calidad educativa que allí existiría.
La amonestación la hizo ayer en la inauguración del edificio de la Universidad Indígena Casimiro Huanca, en Chimoré.
Para Morales, en las universidades públicas “hay una decadencia académica”, puesto que la enseñanza no es la de antes, dijo, poniendo como ejemplo a la Universidad Mayor de San Simón, donde los padres de familia del Trópico no quieren inscribir a sus hijos porque “ahí los chicos mucho farrean, chicha, cerveza y trago”.
También aseguró que “no se está enseñando bien”. Contó que en 1980, cuando llegó a Cochabamba, San Simón era una universidad de prestigio y “la más mentada por su Facultad de Medicina; ahora ya no, nadie habla (de ella)”, dijo el Presidente.
Explicó que esta deficiencia se debe a la baja calidad educativa y otras actividades que distraen a los estudiantes del verdadero propósito que los llevó a la universidad.
“Ojala estén cambiando, dicen que ha habido nuevo Rector y esperamos pueda cambiar esta situación”, aseveró.
Morales lamentó que las universidades estén alejadas de su pueblo, “privadas o públicas representan al sector reaccionario, no tengo ningún miedo decirles”, dijo
Cuando desde el Ejecutivo se intenta introducir algunos cambios en las universidades, Morales lamentó que para impedirlo cada vez se acuda a la autonomía.
“Cuando queremos impulsar el cambio desde el gobierno nacional, dicen no, que tienen su autonomía, pero la autonomía no debe ser para que estos estudiantes, profesores y rectores se gasten la plata del pueblo; la autonomía debe ser fundamentalmente para servir al pueblo boliviano y no alejarse del mismo”, exhortó.
Añadió que en la universidad pública existen algunos jóvenes universitarios que luchan por cambiar la forma de administrarla, además de reformar la actividad educativa, pero, dijo, “nadie los escucha”.
En estas instituciones, rectores y docentes se unen para evitar cambios apelando a la autonomía universitaria, finalizó.