Un decreto gubernamental aprobado la semana pasada dispuso también el cese de la emisión de pasaportes oficiales en favor de todos los arzobispos y obispos católicos, además de ex presidentes y ex vicepresidentes del país.
La Paz. El gobierno de Bolivia determinó anular el pasaporte diplomático al cardenal Julio Terrazas, en un nuevo episodio del progresivo alejamiento entre el ahora llamado Estado Plurinacional y la otrora poderosa Iglesia Católica.
Un decreto gubernamental aprobado la semana pasada dispuso también el cese de la emisión de pasaportes oficiales en favor de todos los arzobispos y obispos católicos, además de ex presidentes y ex vicepresidentes del país, informó este martes el periódico La Razón.
Los pasaportes diplomáticos y oficiales entregados a las autoridades eclesiásticas y ex gobernantes, siguiendo una práctica originada en el siglo XIX, deberán ser devueltos en un plazo de 60 días.
"La Iglesia Católica ya no tendrá privilegios (...), se revisarán los convenios entre el Estado boliviano y el Vaticano", dijo el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, en una declaración que precedió al decreto sobre pasaportes, según refirió La Razón.
No había reacciones inmediatas de la oficina del cardenal, quien desde su sede en la ciudad oriental de Santa Cruz se ha constituido en una de las figuras de la oposición al presidente indígena Evo Morales.
El catolicismo, profesado por la mayoría de los bolivianos, dejó de ser religión oficial del país desde febrero del 2009, cuando Morales "refundó" Bolivia como Estado Plurinacional, laico e indigenista.
Bajo estado de relaciones. Las relaciones entre el gobierno de Morales y la jerarquía católica, frecuentemente tensas, pasaron por uno de sus peores momentos en noviembre cuando el arzobispo de la ciudad central de Cochabamba, Tito Solari, afirmó que había niños involucrados en narcotráfico en la región cocalera de Chapare.
Ante el disgusto de Morales, líder de los cocaleros chapareños, y una ola de protestas y hasta amenazas de sindicatos pro gubernamentales, Solari terminó pidiendo disculpas.
El gobierno y la Iglesia Católica están enfrentados también por una reforma educativa que debate actualmente la oficialista Asamblea Legislativa, que restringirá drásticamente la autonomía de centenares de escuelas católicas.