El gobierno informó que contará con dos puestos móviles fronterizos ya que admitió que los puntos vulnerables en el control del narcotráfico están en las fronteras con dichos países.
La Paz. Bolivia instaló dos puestos móviles de control fronterizo y migratorio para fortalecer la lucha contra el narcotráfico y otros delitos que transitan por Brasil y Perú, informó el ministro de Gobierno, Carlos Romero.
"Son camiones adaptados y equipados con escritorios, gavetas, baños, ducha y camarotes para que los funcionarios, tanto de migración como de narcóticos, puedan desplazarse a distintos lugares y fortalecer el control en zonas fronterizas que son porosas y tienes muchos accesos", afirmó la autoridad en Santa Cruz.
Explicó que los lugares a donde se desplazarán serán definidos de acuerdo a decisiones estratégicas, sitios de control y operativos sorpresas, principalmente por Brasil y Perú.
En el caso del departamento de Santa Cruz, en el este de Bolivia, inicialmente operarán en Puerto Suárez y San Matías, frontera con Brasil, que son lugares de tráfico que utilizan las mafias del narcotráfico y extranjeros que pretenden circular de forma ilegal.
Los dispositivos represivos funcionarán de manera coordinada entre la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), la Aduana y las autoridades de control agrario.
De acuerdo a información del Ministerio de Gobierno, el monto invertido en estos equipamientos asciende a 3 millones de bolivianos (cerca de medio millón de dólares) de los cuales un 80% fue financiado por la Unión Europea y el otro 20% por el gobierno nacional.
Las extensas fronteras que Bolivia comparte con Perú y Brasil se convirtieron vulnerables por el paso de la droga.
Por su parte el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, admitió que los puntos vulnerables en el control del narcotráfico están en las fronteras con Perú y Brasil.
Según informes de la Dirección Nacional Antidrogas (Dirandro) de Perú, el 95% de la pasta base de cocaína que se fabrica en la selva peruana tiene como destino Bolivia. Del país, la droga pasa a Brasil para luego exportarla a Europa y Asia.
