Sindicatos cocaleros y organizaciones sociales anunciaron que preparan para los próximos días en las principales ciudades de Bolivia jornadas populares de masticado de coca con las que celebrarán un triunfo en la defensa de esta tradición protegida por la Constitución promulgada en 2009.
La Paz, EFE. El gobierno de Bolivia confía en lograr en las próximas horas una victoria internacional en la defensa del mascado de la hoja de coca mediante su previsible reincorporación a la Convención antidroga de la ONU de 1961, con una excepción sobre esta práctica ancestral de los pueblos andinos.
Sindicatos cocaleros y organizaciones sociales anunciaron este jueves que preparan ya para los próximos días en las principales ciudades de Bolivia jornadas populares de masticado de coca (acullicu) con las que celebrarán un triunfo en la defensa de esta tradición protegida por la Constitución promulgada en 2009.
El presidente en ejercicio del país, Álvaro García Linera, expresó su convicción de que "todo saldrá favorable" y agregó que sólo cabe esperar hasta esta medianoche en Nueva York para saber cuántos países se han opuesto a la reincorporación de Bolivia con la excepción sobre el acullicu.
Hasta este mediodía sólo 13 países habían presentado objeciones, informaron hoy a Efe fuentes diplomáticas en Naciones Unidas.
Es necesaria la oposición de 62 países, un tercio de los miembros de la Convención, para frenar la reincorporación de Bolivia.
Por ello, el gobierno y los cocaleros dan por seguro el triunfo.
Estados Unidos, Rusia, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Holanda, Suecia, Finlandia, Portugal, Israel e Irlanda son los países que hasta ahora han vetado el reingreso de Bolivia.
Salvo China, en la lista están todos los países del Consejo de Seguridad de la ONU y la mayoría son europeos.
Bolivia anunció su retirada de la Convención antinarcóticos en 2011 y posteriormente solicitó el reingreso con la excepción sobre el mascado de coca, una iniciativa acompañada de una intensa campaña para explicar a la comunidad internacional lo que es el acullicu.
El presidente boliviano, Evo Morales, y su ministro de Exteriores, David Choquehuanca, ambos de etnia aimara, han sido los principales abanderados de la defensa del mascado de la hoja de coca ante diferentes países y foros internacionales.
Entre ellos estuvo la última Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, celebrada en Cádiz en noviembre pasado y en la que se aprobó un comunicado especial que reconocía "el uso tradicional del masticado de la hoja de coca" como "una manifestación cultural ancestral de los pueblos de Bolivia y Perú que debe ser respetada por la comunidad internacional".
La previsible victoria de esta noche en la ONU llega con Morales y Choquehuanca fuera del país, ya que se encuentran en Venezuela, invitados a los actos organizados por el partido gobernante en lugar de la investidura de Hugo Chávez, quien convalece en Cuba tras una operación del cáncer que padece.
Morales anticipó ya hace días la victoria de su campaña y pidió a los cocaleros, sector del que procede, que prepararan actos de celebración con jornadas de "acullicu", un hábito arraigado entre campesinos, indígenas y mineros bolivianos.
La campaña incluyó la difusión de los resultados de la lucha contra el narcotráfico de Bolivia, donde a lo largo del 2012 se confiscaron 36 toneladas de cocaína y 407 de marihuana.
El Ejecutivo boliviano y el sector cocalero han defendido siempre que la hoja de coca en estado natural no es una droga y que son los narcotraficantes quienes la transforman en cocaína con la adición de sustancias químicas.
La Constitución promulgada por Morales en 2009 señala además que "el Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social".
Para el dirigente de la Confederación de Productores de Coca en La Paz, Ramiro Choque, tras el casi seguro triunfo para defender el masticado de la hoja de coca, el próximo paso es lograr que los derivados industriales de la planta puedan ser exportados.
Las experiencias de industrialización de la hoja de coca no han sido hasta ahora exitosas, si bien hay diversos productos con esta planta como principal ingrediente, como infusiones, refrescos energéticos, caramelos, harinas, dentífricos e incluso ungüentos.
Los campesinos, y en especial los más afines a Morales, le han planteado varias veces una expansión de los cultivos legales de la planta, que en la actualidad están limitados a 12.000 hectáreas, si bien en el país existen unas 27.000.
El último informe de la ONU estableció que en 2011 había en Bolivia 27.200 hectáreas de cultivos de mata de coca, un 12 % menos que las 31.000 de 2010.