Un año después de asumir el poder, el presidente de Brasil puede presumir de haber aprobado la polémica reforma de la Seguridad Social, que aumenta la edad de jubilación, hizo cambios en las jubilaciones de los militares y aprobó un paquete "anticrimen" en el Congreso.

Río de Janeiro. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, completa este miércoles un año en el cargo, en el que ha impulsado algunas de las importantes reformas prometidas y ha introducido un particular y controverso método para presidir el país, con una novedosa comunicación y la presencia constante de sus tres hijos políticos.

El 1 de enero de 2019, Bolsonaro asumío como el 38º presidente de la República brasileña y prometió cumplir "el deseo de cambio" que le expresaron los 57,8 millones de ciudadanos que lo votaron.

Entre sus promesas, la de impulsar importantes reformas, "acabar con la desconfianza y el peso" que tiene el gobierno sobre quien trabaja y produce, enfrentar la crisis económica y el desempleo, "restablecer el orden" y cambiar la política externa del país.

Un año después de todas estas declaraciones, Bolsonaro puede presumir de haber aprobado la polémica reforma de la Seguridad Social, que aumenta la edad de jubilación, también hizo cambio en las jubilaciones de los militares y aprobó un paquete "anticrimen" en el Congreso.

Sin lograr tener una base organizada en el Parlamento, el gobierno vio como varias de sus planos de reforma se frustraban cuando llegaban al Congreso. Durante su primer año de mandato, Bolsonaro rompió con el Partido Social Liberal (PSL), con el que ganó las elecciones en 2018, y creó una nueva formación, la Alianza por Brasil, que todavía no cumple los requisitos para ser registrada en la Justicia Electoral.

En su primer año como presidente, Bolsonaro incorporó una pauta conservadora en Brasil, y con su famoso estilo directo para comunicarse, eligió las redes sociales como canal de comunicación con la población, aunque ello no evitó que quedara envuelto en varias polémicas con otros mandatarios. El presidente brasileño hace una o dos transmisiones semanales a través de las redes sociales, en las que aborda cualquier tema.

El aumento de los incendios y la deforestación en la Amazonía provocó las quejas de la comunidad internacional, principalmente Francia. Bolsonaro tuvo un duro cruce de críticas con el presidente francés. Emmanuel Macron, al que acusó de tener intereses para explorar en la Amazonía.

También criticó la victoria en las elecciones argentinas de Alberto Fernández y se posicionó desde el primer momento del lado de los autoproclamados presidentes Juan Guaidó, en Venezuela, y Janaine Añez, en Bolivia.

En materia económica, Bolsonaro vio como los índices de Brasil mejoraban en la mayoría de los aspectos, señal que el país empieza a dejar atrás definitivamente la recesión económica. El último dato del desempleo, de noviembre, fue del 11,2%, el menor desde marzo de 2016, mientras que las ventas minoristas y la producción industrial encadenan resultados positivos en los últimos meses.

El Producto Interior Bruto (PIB), que empezó el año con un crecimiento nulo, empezó a tomar fuerza en el segundo trimestre, con un avance del 0,5%, y creció un 0,6% en el tercero, lo que hizo aumentar las expectativas sobre el crecimiento económico del país este año, antes del 0,9%, y que ahora rozan ya el 1%.

Debido a ello, se espera que Brasil, ya con la administración Bolsonaro consolidada en el poder, logre un crecimiento económico cercano al 2,5% en 2020.