"El Amazonas es más grande que Europa, ¿cómo vamos a combatir los incendios criminales en una zona así? No tenemos los recursos", dijo el mandatario brasileño, una semanas después de haber dicho que no necesitaba los fondos que donaban Alemania y Noruega.
Sao Paulo. El gobierno brasileño carece de los recursos para combatir un número récord de incendios forestales en la selva amazónica, dijo el presidente Jair Bolsonaro este jueves, semanas después de decir que no necesitaban el dinero que donaban Alemania y Norguega para el Amazonas.
"El Amazonas es más grande que Europa, ¿cómo vamos a combatir los incendios criminales en una zona así?", preguntó a los periodistas cuando salía de la residencia presidencial. "No tenemos los recursos para eso".
Los incendios en la Amazonía han aumentado un 83% en lo que va del año en comparación con el mismo período del año anterior, según muestran las cifras del gobierno, destruyendo vastas extensiones de un bosque considerado un baluarte vital contra el cambio climático.
Aunque los incendios son un evento regular y natural durante la estación seca, los ambientalistas atribuyeron el fuerte aumento a los agricultores que incendiaron el bosque para despejar la tierra para el pastoreo.
El miércoles, Bolsonaro dijo, sin mostrar evidencia, que las organizaciones no gubernamentales (ONG's) estaban detrás de los incendios.
Al ser interrogado nuevamente este jueves sobre esos comentarios, dijo que no podía probar que las ONG's, a quienes recortó los fondos, estaban produciendo los incendios, pero insistió en que eran "los principales sospechosos".
El presidente de derecha ha dicho en repetidas ocasiones que cree que Brasil debería abrir el Amazonas a los intereses comerciales, para permitir que las empresas mineras y madereras exploten sus recursos naturales.
"A medida que las ONG pierden fondos ¿Qué pueden hacer?", preguntó. “Intenta derribarme, intenta derribarme. Eso es todo lo que les queda por hacer", dijo.
Brasil se enfrenta a una creciente crítica internacional por su manejo del Amazona, el 60% de los cuales se encuentra en ese país.
A principios de este mes, Noruega y Alemania suspendieron la financiación de proyectos para frenar la deforestación en Brasil después de alarmarse por los cambios en la forma en que el gobierno de Bolsonaro seleccionó los proyectos.
En ese momento, cuando se le preguntó sobre el recorte de fondos desde Alemania, Bolsonaro dijo que "Brasil no necesita eso".
Fiscales federales anunciaron el jueves que investigarán el aumento de la deforestación y de los incendios forestales en el estado amazónico de Pará para determinar si se ha reducido el control y la aplicación de las protecciones ambientales.
Otros funcionarios han expresado su preocupación por los incendios.
El presidente de la Cámara baja de Brasil, Rodrigo Maia, dijo en Twitter que crearía "un comité externo" para monitorear la quema de la selva tropical. También prometió formar un grupo "para evaluar la situación y proponer soluciones al gobierno".
La Conferencia Episcopal para América Latina expresó preocupación por lo que llamó "una tragedia", y el jueves pidió a los países que tomen medidas inmediatas para proteger la selva tropical y las comunidades que viven en ella y sus alrededores.
"Instamos a los gobiernos de los países amazónicos, especialmente a Brasil y Bolivia, las Naciones Unidas y la comunidad internacional a tomar medidas serias para salvar los pulmones del mundo", dijo la Conferencia Episcopal.
"Si el Amazonas sufre, el mundo sufre", dijo el comunicado.