El candidato de extrema derecha y capitán retirado del Ejército de 63 años dijo en una entrevista con Band TV que discutiría la idea con su ministro de Defensa y los gobiernos estatales, los cuales son los responsables de la seguridad pública.
Sao Paulo. El candidato que lidera las preferencias para las elecciones presidenciales de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este domingo que, si gana, planea usar a las fuerzas armadas para patrullajes de rutina en las calles y describió al país como "en guerra".
El legislador de extrema derecha y capitán retirado del Ejército de 63 años dijo en una entrevista con Band TV que discutiría la idea con su ministro de Defensa y los gobiernos estatales, los cuales son los responsables de la seguridad pública.
"Si el Congreso otorga el permiso, pondría a las fuerzas armadas en las calles", afirmó.
Bolsonaro, un congresista que defiende abiertamente la dictadura militar de 1964-1985 en Brasil, es el favorito para ganar la presidencia este mes. Los sondeos de opinión muestran que aventaja a su rival izquierdista Fernando Haddad con 18 puntos porcentuales apenas una semana antes del balotaje del 28 de octubre.
Dentro de sus intentos por reducir la brecha, Haddad se comprometió este domingo a aumentar los beneficios pagados en el marco del programa de asistencia social más importante de Brasil, conocido como "Bolsa Família", en un 20%.
Bolsonaro, un candidato polarizador que ha sido acusado de discursos de odio por sus comentarios sobre gays, negros y mujeres, se presenta como la opción contra la clase política, apelando a los votantes hartos de la corrupción y el crimen.
En agosto del 2017, un año después de que Río de Janeiro fuera sede de los Juegos Olímpicos, el gobierno federal dispuso de 8.500 soldados para sofocar delitos violentos en la ciudad. Pero los militares dijeron desde el principio que no serían ellos los que resolverían los problemas de violencia urbana.
Este domingo, miles de simpatizantes participaron en mitines a favor de Bolsonaro en las principales ciudades de Brasil, incluyendo São Paulo, Río de Janeiro y Brasilia.
Eso siguió a las protestas dirigidas por mujeres contra él el sábado, por segunda vez en un mes.