Los resultados electorales en los principales núcleos urbanos brasileños, Sao Paulo y Río de Janeiro, han representado el mayor batacazo del presidente Bolsonaro, en donde sus apuestas terminaron con derrotas.
La segunda vuelta de las elecciones locales y municipales celebradas este domingo en Brasil no sólo han confirmado la victoria de la derecha más reacia al presidente del país, Jair Bolsonaro, sino también la caída de una de los grandes fuerzas políticas del país desde el final de la dictadura, el Partido de los Trabajadores (PT), que no ha logrado en esta ocasión ninguno de los feudos importantes.
Los resultados electorales en los principales núcleos urbanos brasileños, Sao Paulo y Río de Janeiro, han representado el mayor batacazo del presidente Bolsonaro, en donde sus apuestas terminaron con derrotas, en especial en la ciudad paulista, en la que el televisivo Celso Russomanno ni siquiera pasó el corte durante la primera vuelta.
En Río de Janeiro, el que fuera alcalde durante los Juegos Olímpicos de 2016, Eduardo Paes --del partido de centro derecha Demócratas--, ha derrotado con contundencia, con el 64% de los votos, al que era hasta ahora responsable de la ciudad, Marcelo Crivella, un pastor evangelista y tradicional aliado de Bolsonaro, con quien ha protagonizado algunos vídeos durante la campaña.
Demócratas, de corte conservador liberal, ha sido la gran victoriosa de estas municipales, pues se ha hecho con el mando de 198 alcaldías, entre ellas cuatro de las capitales de Brasil, como son Río de Janeiro, Florianópolis, Curitiba y Salvador de Bahía.
En Sao Paulo, el joven alcalde, Bruno Covas, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), ha sido reelegido con casi el 60% de los votos frente al candidato de la izquierda, Guilherme Boulos, representante del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
"Las urnas hablaron, la democracia está viva. Sao Paulo mostró que ya no hay días para el negacionismo y el oscurantismo. Sao Paulo ha dicho 'sí' a la democracia, a la ciencia, ha dicho 'sí' a la moderación y al equilibrio", ha dicho Covas tras confirmarse su triunfo.
Las autoridades de Sao Paulo han sido de las más críticas con la gestión de la pandemia del presidente Bolsonaro, partidario de no decretar cierres ni cuarentenas, lo que ha protagonizado enconados enfrentamientos a lo largo de estos meses tanto con Covas como con el gobernador paulista, João Doria, a quienes les acusó de querer destruir la economía.
Doria, 'padrino' político de Covas es una de las figuras políticas que más y mejor sale reforzada de estas elecciones, pues en algunos sectores de Brasil ya le dan como favorito para desalojar a Bolsonaro del Palacio de la Alvorada en caso de que se presente como candidato a las presidenciales de 2022.
Bolsonaro también ha perdido uno de sus principales feudos hasta ahora, Fortaleza, en Ceará, en el noreste de Brasil, donde la extrema derecha representada por el capitán del Ejército Wagner Sousa Gomes, alias 'Capitán Wagner', ha caído por tan solo tres puntos porcentuales frente a José Sarto, del Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués), quien ha logrado movilizar al resto de formaciones de la izquierda.
Si bien Bolsonaro restó importancia durante estas semanas a los resultados en primera vuelta destacando la llegada de una "ola conservadora" para los próximos años y "la histórica derrota de la izquierda", lo cierto es que sólo dos de los candidatos a los que manifestó su apoyo público lograron ser elegidos, en Ipatinga, Minas Gerais, y Parnaíba, en el estado de Piauí, ambas ciudades de escaso peso político a nivel nacional.
Los peores resultados del PT desde 2016. El PT, el tradicional partido de la izquierda brasileña, no ha logrado en esta segunda vuelta hacerse con las dos capitales a las que aspiraba a imponerse: Recife, en el estado de Pernambuco, y Vitória, en Espíritu Santo, por lo que se queda sin presencia en los grandes núcleos urbanos del país por primera vez desde el comienzo de la democracia a principios de los 80.
En esta ocasión, el PT además ha perdido once de los quince escenarios que se disputaba en segunda vuelta, ganando en los municipios de Contagem y Juiz de Fora, en Minas Gerais, y en Diadema y Mauá, en Sao Paulo.
La derrota más dolorosa ha tenido lugar en Recife, donde la candidata Marília Arraes ha caído frente a João Campos,la alternativa del Partido Socialista Brasileño (PSB) al PT, que ha visto cómo otras fuerzas progresistas como el PDT o el PSOL le arañaban mejores resultados en Fortaleza, Aracaju, Maceió, o Belén do Pará.
Arraes también era de las pocas candidatas que quedaban en liza, después de que la gran mayoría de ellas no pasaran el corte en la primera vuelta, que certificó la victoria de Cinthia Ribeiro por el PSDB, quien será la única mujer en gobernar una de las 26 capitales brasileñas que se disputaban.
Se trata de los peores números del PT desde 2016, cuando logró obtener 254 ayuntamientos --llegando incluso a los 637 en 2012--, por delante de los 183 logrados este domingo, que sitúan al partido del expresidente Lula da Silva (2003-2011) como la fuerza política número once entre los brasileños.