El país sudamericano es el más golpeado en Latinoamérica por el coronavirus, con 800 muertos y 15.927 casos confirmados.
Sao Paulo. El ministro brasileño de Salud, Luiz Henrique Mandetta, admitió este miércoles que para combatir la propagación de la COVID-19 en las favelas las autoridades deben "dialogar" con las bandas de narcotraficantes y las milicias parapoliciales que controlan muchas de esas populosas y violentas barriadas.
"Tenemos que entender la cultura, la dinámica (de las favelas). Tenemos que entender que son áreas donde el estado muchas veces está ausente, que quien manda allí es el narcotráfico, que quien manda allí son las milicias", dijo Mandetta en una conferencia de prensa en Brasilia.
"¿Cómo construir ese puente con la vida, con la salud? Dialogando, sí, con el tráfico, con la milicia, porque ellos también son seres humanos y precisan colaborar, ayudar, participar", añadió. El ministro indicó que este miércoles se inició un "test piloto" en una favela, sin revelar de cuál se trata ni del estado al que pertenece.
Amenaza a la economía. Mandetta, al igual que la mayoría de los gobernadores, preconiza contra el nuevo coronavirus medidas de aislamiento social, rechazadas por el presidente Jair Bolsonaro, que ve en ellas una amenaza para la economía.
Según datos del censo de 2010, cerca de 11,5 millones de brasileños viven en favelas, denominadas popularmente "comunidades" y, en la jerga administrativa, "aglomerados subnormales".
En la zona urbana de Rio, uno de cada cuatro habitantes (1,5 millones de personas) residen en esas zonas, teatro frecuente de enfrentamientos entre bandas de narcos entre sí o con fuerzas parapoliciales o policiales.