Dilma Rousseff y Aécio Neves han protagonizado una combativa campaña electoral en la que abundaron los ataques personales, las falsas acusaciones, las provocaciones y las ofensas.
Brasil concluye este sábado la preparación de los comicios del domingo, en los que 142,8 millones de votantes regresarán a las urnas para elegir en segunda vuelta a su presidente para los próximos cuatro años y a 14 de los 27 gobernadores.
Los brasileños decidirán este domingo el rumbo de un país polarizado entre la presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, y el líder opositor Aécio Neves, quienes en las últimas semanas han protagonizado una combativa campaña electoral en la que abundaron los ataques personales, las falsas acusaciones, las provocaciones y las ofensas.
Según las últimas encuestas de las firmas Datafolha e Ibope, las más reconocidas del país, Rousseff tiene una ventaja de entre seis y ocho puntos porcentuales frente a Neves para la segunda vuelta electoral que se celebrará mañana.
No obstante, la campaña del candidato socialdemócrata mostró el viernes en televisión un sondeo de la empresa Veritá, el cual sostiene que ganará las elecciones del domingo con 53 % de los votos, frente al 48 % que obtendría Rousseff.
La cerrada disputa entre ambos candidatos les ha llevado a elevar fuertemente el tono de sus discursos para sumar los votos de los indecisos en la segunda vuelta, en la que serán instaladas cerca de 532.000 urnas electrónicas distribuidas en 450.000 centros de votación repartidos por los 27 estados del país.
De ese total de urnas, alrededor de 72.000 cuentan con tecnología biométrica y serán utilizadas en más de 760 ciudades en las que ya han sido registradas las huellas dactilares de los electores.
El Tribunal Superior Electoral confía en que los votantes no enfrenten tantos problemas con el sistema de voto por reconocimiento de huella dactilar como en la primera ronda, cuando la eficacia del sistema fue del 91,5 %, y espera que ese porcentaje se ubique por encima del 95 % en esta segunda ronda.
El tribunal calculó que cada elector demorará un promedio 18 segundos en las urnas convencionales de los estados en los que el gobernador ya fue definido, y 42 segundos en aquellos donde fue instalado el sistema biométrico.
En 13 estados y el Distrito Federal de Brasilia, donde el gobernador aún no fue elegido, los ciudadanos tardarán una media 29 segundos en las urnas convencionales y 53 en las biométricas.
Para garantizar la seguridad durante la votación, alrededor de 15.000 militares actuarán en 280 municipios de 15 de los 27 estados de Brasil considerados como vulnerables por las autoridades, frente a los 30.000 soldados que fueron movilizados el 5 de octubre, en la primera vuelta, en 342 municipios.
En 89 de las 280 localidades en las que se autorizó la presencia militar los soldados ofrecerán apoyo logístico para el transporte y la instalación de las urnas electrónicas, principalmente, en áreas amazónicas de difícil acceso en los estados de Acre, Amapá, Mato Grosso do Sul, Rondonia y Roraima.
En los otros 191 municipios, entre ellos Río de Janeiro, los soldados tendrán la misión de reforzar la seguridad pública y garantizar la votación.
Los cerca de 3.000 militares que actualmente ocupan las favelas del Complexo da Maré, un conjunto de barriadas en la zona norte de Río de Janeiro que antes era dominado por bandas de pistoleros, también deberán garantizar las elecciones en sus áreas de operación.
Según el Tribunal Superior Electoral, las mesas abrirán mañana a las 08.00 hora local (10.00 GMT) y permanecerán abiertas hasta las 17.00 (19.00 GMT).
Sin embargo, por los diversos usos horarios que existen en el extenso territorio brasileño, las mesas de los estados del noroeste del país cerrarán tres horas después.
En ese momento las empresas demoscópicas podrán difundir sus sondeos a pie de urna y, también para ese momento, el Tribunal Superior Electoral prevé comenzar a publicar los primeros boletines oficiales sobre los resultados.