La Cancillería brasileña emitió dos comunicados en los que acusó a esos países de "propagar falsedades" y mostró su "repudio" a las declaraciones realizadas por el secretario general de la Unasur, el colombiano Ernesto Samper, que calificó de "incompatibles" con su cargo.
Río de Janeiro. El nuevo Gobierno brasileño expresó hoy su disconformidad con las opiniones proferidas por la Unasur y la Alba, y por los Gobiernos de Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua sobre la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff a manos del Senado.
La Cancillería brasileña emitió dos comunicados en los que acusó a esos países de "propagar falsedades" y mostró su "repudio" a las declaraciones realizadas por el secretario general de la Unasur, el colombiano Ernesto Samper, que calificó de "incompatibles" con su cargo.
Samper aseguró ayer, tras conocer la decisión del Senado de apartar a Rousseff, que en Brasil hay personas "que están haciendo política sin responsabilidad" y "comprometiendo la gobernabilidad democrática de la región".
Según el Gobierno brasileño, "tales juicios e interpretaciones del secretario general (de la Unasur) son incompatibles con las funciones que ejerce y con el mandato que recibió del conjunto de países suramericanos en los términos del Tratado Constitutivo y del Reglamento General de la Unasur".
Además, la Cancillería brasileña afirmó que "la realidad es opuesta" a lo expresado por Samper, y que los argumentos expuestos por el secretario general de la Unasur son "erróneos" y dejan entrever "juicios de valor infundados y prejuicios contra el Estado brasileño" y que "hacen interpretaciones falsas" de la Constitución.
Sobre las críticas recibidas por parte de los citados países, la Cancillería resaltó que el proceso político interno de Brasil se desarrolla "en absoluto respeto a las instituciones democráticas y a la Constitución".
Con el cambio de Gobierno, el nuevo canciller brasileño es el senador y exministro José Serra, conocido por su oposición al Mercosur y partidario de acercar el comercio brasileño a Estados Unidos y Europa.
El nuevo Gobierno de Michel Temer asumió ayer después de que el Senado votara por apartar y abrirle un juicio a la presidenta Dilma Rousseff, acusada de irregularidades fiscales en los balances de 2014 y 2015.
Rousseff continuará apartada del cargo durante 180 días, período en el que el Senado juzgará si la destituye por irregularidades fiscales al maquillar los resultados de 2014 y 2015. Si el Senado la absuelve, Rousseff asumirá nuevamente el mandato, pero si es condenada, Michel Temer completará el mandato, que vence el 1 de enero de 2019.