Henrique Alves, titular de la cartera de Turismo de Brasil, renunció a su cargo y se convirtió en el primer ministro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en abandonar el Gabinete de Dilma Rousseff.
Henrique Alves, titular de la cartera de Turismo de Brasil, anunció este lunes que renunciaba a su cargo y se convirtió así en el primer ministro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en abandonar el Gabinete de la presidenta Dilma Rousseff.
Liderado por el vicepresidente Michel Temer, el PMDB es la mayor formación política del país. En una reunión de su dirección nacional, ese partido decidirá este martes si se deslinda por completo del Gobierno de Rousseff, quien está amenazada por un juicio político que busca su destitución.
“El momento nacional coloca ahora al PMDB, mi partido desde hace 46 años, ante el desafío mayor de elegir su camino, bajo la presidencia de mi compañero de tantas luchas, Michel Temer”, señaló Alves en el comunicado mediante el cual notificó su dimisión. El ahora exministro asumió la cartera en abril de 2015, cuatro meses después de que Rousseff fuera investida para su segundo mandato, y su salida del Gobierno se produce a cinco meses de que se celebren los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Alves, un político cercano al vicepresidente Temer, admitió que el diálogo con el Gobierno “se acabó”.
El PMBD tiene en su poder siete ministerios en el Ejecutivo de Rousseff. Su salida del Gobierno puede poner en juego la supervivencia política de la presidenta, que enfrenta un proceso en el Congreso y necesita el apoyo de su principal socio de Gobierno para esquivar el juicio parlamentario. Con 69 de los 513 diputados, el PMDB es la primera minoría en la Cámara Baja y también lo es en el Senado, en el que ocupa 18 de los 81 escaños. Gobierna además en siete de los 27 estados del país, aunque su mayor base está en el plano municipal, en el que cuenta con 1.041 de las 5.570 alcaldías del país.
El distanciamiento entre el PMDB y la presidenta Rousseff se ha intensificado en los últimos meses y ha agravado la crisis política en la que se encuentra sumido el mayor país de Latinoamérica. Por su parte, la propia Rousseff pasó este lunes luchando para frenar lo que parece ser el inminente colapso de su coalición de Gobierno. La “mujer fuerte” de Brasilia se reunió con varios ministros del PMDB para convencerlos de permanecer en su Gabinete, pero todo apunta a que la decisión de los miembros de ese partido ya ha sido tomada. Lo que está por decidirse es cuándo abandonan el barco.