La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, envió tropas federales a Recife, una de las 12 sedes del Mundial de fútbol, para contrarrestar los saqueos y enfrentar la inseguridad generada por una huelga de policías.

El envío de efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad fue solicitado en la noche del miércoles al gobierno de Rousseff por el gobernador del estado de Pernambuco, Joao Lira Neto.

El paro, iniciado el martes, fue declarado este jueves ilegal por la Justicia del estado de Pernambuco, que ordenó el inmediato regreso al trabajo de los policías y bomberos, que reivindican un aumento de entre un 30 y un 50% de los salarios de la categoría.

El gobernador de Pernambuco, sin embargo, afirmó que el Estado tiene "límites fiscales y legales" que le impiden atender las peticiones de la categoría, y prometió que adoptará medidas para garantizar "el orden y la seguridad" de los ciudadanos.

Saqueos a comercios. Pese a las promesas de Lira, la Municipalidad de la ciudad de Abreu e Lima, vecina a Recife, decretó este jueves feriado, después de una ola de saqueos a comercios iniciada en la noche de este miércoles.

Recife, ubicada en el noreste de Brasil, es una de las 12 ciudades sede del Mundial de fútbol de Brasil 2014, y recibirá cuatro partidos de la fase de grupos -Costa de Marfil-Japón, el 14 de junio; Italia-Costa Rica, el 20; Croacia-México, el 23, y Estados Unidos-Alemania, el 26-, además de un duelo por los octavos de final, el 29 de junio.