El candidato opositor José Serra tuvo la última oportunidad de ganarse a votantes indecisos a través del canal más visto de Brasil, pero optó por no mostrar una estrategia de ataque en el debate, que no vio acalorados intercambios de opiniones entre ambos políticos.
Río de Janeiro. La candidata oficialista en Brasil Dilma Rousseff salvó fácilmente este viernes el último debate televisivo con su rival a la presidencia, mientras una nueva encuesta la mostró en camino de una convincente victoria en la segunda vuelta de este domingo.
El candidato opositor José Serra tuvo la última oportunidad de ganarse a votantes indecisos a través del canal más visto de Brasil, pero optó por no mostrar una estrategia de ataque en el debate, que no vio acalorados intercambios de opiniones entre ambos políticos.
En el debate en Globo los candidatos respondieron preguntas de votantes indecisos, lo que dejó poco campo a Serra para acorralar a la ex jefa de Gabinete del saliente presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En algunos momentos, las preguntas dejaron a ambos candidatos contra las cuerdas.
"En la publicidad electoral de los dos partidos vemos una salud pública maravillosa, pero la realidad es que tenemos mucha gente muriendo sin atención, mucha gente sufriendo, siendo tratada como basura", dijo una votante.
"¿Nuestra salud va a mejorar o seguiremos sufriendo como animales?", preguntó.
Serra aprovechó con esa pregunta para criticar al gobierno de Lula en cuanto a salud, mientras que la candidata oficialista tuvo que reconocer que la situación no es tan buena.
Pero las críticas no elevaron el tono ni dominaron la discusión en el décimo debate de la campaña presidencial. La estrategia de evitar las críticas más ácidas puede haber sido determinada por la preocupación de que generen efectos secundarios en las horas previas a la votación en las que no daría tiempo a reaccionar.
Como lo hizo durante la campaña, Rousseff enfatizó en varias ocasiones los grandes progresos económicos del país logrados con Lula, el enormemente popular ex jefe sindical quien la eligió como sucesora.
"La economía está creciendo, 28 millones de brasileños salieron de la pobreza y yo sacaré a los restantes 20 de la pobreza", dijo Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
La candidata, de 62 años, aventaja a Serra cómodamente por un margen de dos dígitos y se encamina a ser la primera mujer en ser electa presidenta de Brasil, según las encuestas.
Un sondeo de Datafolha divulgado el viernes mostró que Rousseff mantiene una ventaja de 10 puntos, con un 50% de la intención de voto contra un 40% de Serra. Una encuesta anterior del martes le daba a la candidata oficialista un 49% frente a un 38% de su rival.
Serra, un ex gobernador del estado de Sao Paulo de 68 años, no ha logrado ganar en forma convincente ninguno de los debates, pues Rousseff ha contrarrestado sus ataques respecto a su falta de experiencia y supuesto involucramiento en escándalos de corrupción.
El debate en la Red Globo ha sido un momento esperado en las elecciones presidenciales de Brasil desde 1989, cuando una pobre actuación de Lula en su primera postulación a la presidencia inclinó los comicios a favor de Fernando Collor.
Serra, del centrista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), usó el debate para enfatizar su argumento de que el país debería estar mejor y que enfrenta crecientes barreras en su crecimiento, como una moneda cara, una alta carga impositiva y una infraestructura en decadencia.
La ex militante de izquierda parece dirigirse a un triunfo seguro, a menos que surja un gran escándalo de corrupción, lo que parece improbable en una fecha tan cercana a las elecciones, o a un enorme error en los sondeos.
Ventaja. Una vez descontados los votos blancos y nulos, como sucede el día de las elecciones, Rousseff tendría una ventaja de 12 puntos, con un 56% de los votos, contra un 44% de Serra, según el nuevo sondeo de Datafolha.
Votar es obligatorio en Brasil, aunque algunas personas dejan su sufragio en blanco para mostrar su descontento con los candidatos.
Rousseff, una funcionaria pública de carrera, ha recuperado el impulso tras una caída en su apoyo hace varias semanas, causada por dudas sobre sus creencias religiosas y su supuesto involucramiento en escándalos de corrupción.
Dichas preocupaciones probablemente impidieron que ganara las elecciones en primera vuelta, el 3 de octubre.
Desde entonces, ella ha vuelto a centrar las discusiones en los ocho años de fuerte crecimiento económico durante el mandato de Lula.
Si gana, se espera que Rousseff continúe con la mezcla de políticas de mercado y programas de bienestar social de Lula, y que expanda el rol del estado en algunas áreas de la economía.
Para el más reciente sondeo de Datafolha fueron entrevistadas 4.205 personas el jueves, y la encuesta tiene un margen de error de 2 puntos porcentuales. Un 5% planea votar en blanco o no votar por ninguno de los dos candidatos, mientras que un 4% estaba indeciso.