Una comisión del Congreso está analizando un juicio político contra Rousseff por supuestamente violar las leyes de presupuesto para aumentar el gasto durante su campaña de reelección en 2014.
Sao Paulo. Miles de brasileños salieron a las calles el domingo para exigir la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, en las primeras protestas a nivel nacional desde que se inició el proceso formal de juicio político en contra de la líder izquierdista.
Una comisión del Congreso está analizando un juicio político contra Rousseff por supuestamente violar las leyes de presupuesto para aumentar el gasto durante su campaña de reelección en 2014. Pero la molestia de muchos brasileños apunta también a la profundización de la recesión y a un escándalo de corrupción que involucra a varios miembros del partido de la mandataria.
"Estamos cansados. Queremos cambiar. ¡Sacar a esta pandilla de corruptos!", dijo un activista en un altavoz en la capital Brasilia, donde la policía estimó que unas 6.000 personas se reunieron frente al Congreso, en la más pequeña de las cuatro manifestaciones importantes que se han llevado a cabo este año en rechazo de Rousseff.
El líder de la Cámara baja, Eduardo Cunha, abrió un proceso de juicio político contra Rousseff el 2 de diciembre.
Actualmente la oposición no tendría los votos para destituir a la presidenta, quien niega haber cometido alguna irregularidad en el manejo de las cuentas públicas y se ha comprometido a combatir un juicio político con todas las herramientas legales disponibles con el fin de terminar su segundo mandato.
Si la comisión parlamentaria decide llevar a cabo un juicio político, el proceso se votará en una sesión plenaria de la Cámara, donde la oposición necesita dos tercios de los votos para comenzar un juicio de impugnación de 180 días en el Senado.
Durante el juicio, Rousseff sería suspendida y reemplazada por el vicepresidente Michel Temer.
El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) suspendió los procedimientos de impugnación contra Rousseff hasta que revise una votación secreta por la que una comisión del Congreso que investiga a la mandataria quedó conformada principalmente por opositores.
Mientras tanto Cunha, un ex aliado de Rousseff, enfrenta cargos formales por aparentemente recibir sobornos, en medio de un grave escándalo de corrupción centrado en la petrolera estatal Petrobras.