Los partidarios de Bolsonaro han amenazado en las últimas semanas a jueces del máximo tribunal del país y han atacado físicamente a periodistas y simpatizantes del candidato rival.
Sao Paulo.- Luego de una campaña presidencial en la que la violencia política eclipsó el debate entre los candidatos, muchos brasileños temen que los ataques sigan después de la probable elección este domingo del postulante de extrema derecha Jair Bolsonaro.
Los partidarios de Bolsonaro han amenazado en las últimas semanas a jueces del máximo tribunal del país y han atacado físicamente a periodistas y simpatizantes del candidato rival, el izquierdista Fernando Haddad, cuyos partidarios también han sido acusados de algunos ataques, aunque en mucho menor grado.
El tenso clima político que se vive en Brasil ha sido comparado con las divisiones que se han visto en el último tiempo en Estados Unidos, donde varios importantes opositores del presidente Donald Trump recibieron paquetes bomba esta semana.
Pero la situación en Brasil es mucho más peligrosa, dicen analistas, porque el país ya sufre una violencia extrema, que a menudo no tiene consecuencias para sus perpetradores. Según datos del gobierno, se registraron casi 64.000 asesinatos el año pasado, pero menos del 10% de los casos de homicidios terminan en cargos penales.
Bolsonaro, quien mantiene una ventaja de dos dígitos en todas las encuestas, sufrió un ataque a puñaladas durante un mitin de campaña el mes pasado, en un episodio que reforzó su agresiva retórica contra sus rivales políticos.
Si bien dice no aprobar la violencia de sus partidarios, analistas creen que sus incursiones diarias en las redes sociales están teniendo frutos.
"Debido a la retórica (...) con la que ha hecho campaña, Bolsonaro ha abierto la caja de Pandora sobre la violencia política en un país que ya es extremadamente violento", dijo Rafael Alcadipani, experto en seguridad pública de la Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo.
Periodistas en la mira. Los ataques de Bolsonaro a los medios de comunicación por la publicación de artículos que considera "noticias falsas" también han provocado escalofríos en salas de redacción, con periodistas enfrentando una oleada de amenazas y violencia física.
La asociación brasileña de periodismo de investigación Abraji dijo que desde enero, 64 periodistas que cubren la campaña han sido agredidos físicamente y otros 82 han sido atacados a través de internet.
Folha de S.Paulo, el periódico más grande de Brasil, se ha visto inundado de amenazas, entre ellas una contra el hijo de seis años de un reportero que descubrió presuntas ilegalidades en el uso de WhatsApp por parte de la campaña de Bolsonaro para difundir información errónea.
La policía federal está investigando a un coronel retirado del Ejército que ha lanzado repetidas amenazas contra jueces del máximo tribunal a través de videos, advirtiéndoles que no se pronuncien contra Bolsonaro. El hombre ahora lleva un brazalete electrónico en el tobillo para que las autoridades puedan monitorizar su paradero.
La jueza del Supremo Tribunal Federal Carmen Lucía dijo que los ataques son una amenaza para la democracia y que "las agresiones dirigidas a la justicia son ataques a toda una institución".
Dura Retórica. Bolsonaro, un capitán en retiro del Ejército de 63 años, es un ferviente partidario de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985 y considera un héroe a uno de los torturadores más conocidos de ese período.
En un mitin de campaña, agarró el trípode de un camarógrafo, simuló disparar un rifle y gritó a través de micrófono: "¡Vamos a matar a todos esos partidarios del Partido de los Trabajadores!", cuyo representante es Haddad.
Su equipo de campaña dice que su retórica simplemente son bromas políticamente incorrectas que pretenden irritar a su rival izquierdista.
Bolsonaro ha ganado a decenas de millones de adeptos con su postura incendiaria y antisistema, seduciendo a ciudadanos que están hartos de la delincuencia callejera y de la corrupción política.
Matheus Ferreira, un vendedor de bocadillos de 18 años de Sao Paulo que proviene de un barrio pobre y violento, dijo que la tensa situación actual lo llenaba de miedo, pero no mucho más de lo que enfrenta a diario.
"Votaré por Bolsonaro", dijo esta semana. "Si puede hacer que Brasil sea más seguro, habrá valido la pena el riesgo".