En su último año de gobierno, el mandatario ha argumentado que si no se hubiera enfrentado a los carteles de droga en este sexenio, “después hubiera sido demasiado tarde”.
Excelsior.com.mx. El presidente Felipe Calderón aseguró ante cadetes de la Marina que “el Estado mexicano actuó en legítima defensa” frente al crimen organizado.
Es la primera vez que el mandatario federal utiliza esa frase para referirse a su estrategia de combate al narcotráfico. Siempre insistió en que su política de seguridad pública tenía el objetivo de erradicar o debilitar a los cárteles, y que se trataba de un plan proactivo, no reactivo.
En su último discurso como presidente ante la Marina afirmó que su gobierno “golpeó como nunca” a la delincuencia.
“Se actuó con lo mejor en términos de disciplina, formación, capacidad, patriotismo y lealtad de las instituciones mexicanas”, dijo en la clausura de cursos de la Heroica Escuela Naval Militar.
En su oportunidad, el secretario de Marina, Mariano Saynez, señaló que el balance es positivo “y los objetivos se cumplieron en la medida de nuestras capacidades y recursos”.
Lucha anticrimen fue “en legítima defensa”. En su último discurso ante la Marina Armada de México como Presidente, Felipe Calderón Hinojosa planteó que frente al crimen organizado “el Estado mexicano actuó en legítima defensa”.
En la Heroica Escuela Naval Militar en esta ciudad, el mandatario aseveró que “se actuó con lo mejor en términos de disciplina, formación, capacidad, patriotismo y lealtad de las instituciones mexicanas, que son precisamente nuestras Fuerzas Armadas, (...) y el Estado mexicano golpeó como nunca a las estructuras logísticas y financieras del crimen”.
Es la primera vez en la que el mandatario usa ese lenguaje para referirse a su estrategia de combate al narcotráfico: siempre insistió en que su política tenía el objetivo de erradicar o debilitar a los cárteles y que era una estrategia proactiva; ayer la describió como una estrategia reactiva, de respuesta ante la amenaza de la delincuencia organizada.
En las semanas más recientes, el Ejecutivo federal había dicho que combatir al narcotráfico era “un imperativo ético y moral” y que su administración hizo lo que ninguna otra había hecho.
En varios momentos del sexenio, Calderón argumentó que enfrentar al crimen organizado era una tarea urgente, en tanto que las administraciones anteriores se habían negado a hacerlo, provocando que el narcotráfico se fortaleciera, mientras las instituciones del Estado se debilitaban y corrompían.
En 2009, conforme se elevaban las cifras de homicidios violentos vinculados al narcotráfico, y el mandatario recibía críticas por su estrategia, empezó a argumentar que esto se debía a que los miembros de los grupos criminales “se están matando entre ellos”.
Insistiría en que la violencia y las muertes no eran consecuencia de la estrategia gubernamental, sino provocadas por los enfrentamientos entre los cárteles que se disputaban el control de las rutas y los mercados de la droga.
En 2010 se refirió a las muertes de civiles en el fuego cruzado de los enfrentamientos como “bajas colaterales”, expresión muy cara en términos políticos, que generó la indignación de amplios sectores de la sociedad.
En 2011, en los diálogos en el Castillo de Chapultepec con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, los familiares de víctimas de asesinatos y secuestros le reclamaron la expresión. Tras esos reclamos, se creó la Fiscalía Especial para las Víctimas del Delito.
En éste su último año de gobierno ha argumentado que si no se hubiera enfrentado a los cárteles en este sexenio, “después hubiera sido demasiado tarde”. Esta viernes, a punto de cerrar el sexenio, transformó el discurso hacia que el Estado mexicano actuó contra el narco “en legítima defensa”.
Misión cumplida, dice Saynez. Mariano Saynez, secretario de Marina, hizo una especie de despedida pública: “Ha sido una ardua travesía navegar con usted. (...) Estimo que el balance es positivo y los objetivos se cumplieron en la medida de nuestras capacidades y recursos”.
La lealtad, le dijo al presidente, “se da en los dos sentidos, y así fue: gracias mi comandante. Misión cumplida”, le dijo mientras lo saludaba colocando su mano en la frente.
La afirmación de Saynez, de “misión cumplida”, se da en un contexto polémico, pues algunos sectores de la sociedad consideran que esta estrategia de seguridad fue exitosa, pero otros creen que las más de 60 mil muertes violentas del sexenio están vinculadas a errores en la estrategia.
En la ceremonia de clausura de cursos de la Heroica Escuela Naval Militar, Saynez Mendoza aseveró que la Armada seguirá combatiendo a los grupos criminales cuando termine el sexenio.
El Ejecutivo federal le respondió que a esta administración le “tocó navegar en mares de tormenta y de frente a los arrecifes. Nos tocó navegar donde otras naciones llegaron al desastre”, dijo en referencia a las crisis económicas por la depresión financiera internacional de 2008.
Recordó otras recesiones económicas padecidas por México en el pasado e hizo referencia a la frase acuñada por José López Portillo (sin mencionar su nombre), quien después de la tórrida crisis del 82 acuñó la frase: “El capitán es responsable del timón, pero no de la tormenta”.
Señaló que él aprendió de los marinos algo diferente: que en caso de una tormenta “el capitán es responsable del timón, de la embarcación y de todos sus tripulantes”.
Proponen modelo de regularización de la droga. Para tener éxito en la guerra contra el crimen organizado en México se debe de iniciar un modelo de regulación de drogas en el país, propuso México Unido contra la Delincuencia.
Destacó que ése es un requisito para el debilitamiento de las organizaciones criminales, por la falta de consumidores.
Durante la presentación del libro Después de la guerra contra las drogas: una propuesta para la regulación, editado por México Unido contra la Delincuencia y Transform Drug Policy Foundation, se enfatizó en promover el debate sobre la regulación de las drogas desde un punto de vista sociológico y científico, basado en evidencias que permitan terminar con la guerra contra las drogas en América Latina.
Armando Santacruz destacó que, resultado del taller ofrecido por ambas instituciones, que contó con la colaboración de 20 expertos en el tema, se realizó un análisis de fondo, de donde se sacaron cinco propuestas para la próxima administración federal.
“En América Latina, particularmente en México, sufrimos de forma desproporcionada las consecuencias negativas de la prohibición global de las drogas. Queremos garantizar que el mercado mundial de drogas ilegales, que está destruyendo tantas vidas en México, se sustituya por uno de regulación y control gubernamental.”
El éxito contra las drogas debe basarse en la disminución de consumidores y no en el incremento de la producción de estupefacientes o en la disminución de precios, lo que atrae cada vez más adictos en México.
Las propuestas al gobierno de Enrique Peña Nieto son:
“Prescripción: el modelo de mayor control, que sería el equivalente exacto a los actuales modelos de prescripción de medicamentos y algunos programas de mantenimiento con opiáceos.
“Venta en farmacias: las drogas estarían disponibles en las farmacias o afines, bien por receta o venta libre.
“Venta bajo licencia: los distribuidores dispondrían de una licencia para vender determinadas drogas en condiciones claramente definidas o en locales con licencia.
“Establecimientos con licencia: los distribuidores dispondrían de una licencia para administrar establecimientos en los que se venderían y consumirían determinadas drogas, similares a los bares y cantinas.
“Ventas sin licencias: ciertas sustancias de bajo riesgo podrían ser controladas a través de la legislación de comidas y bebidas, como por ejemplo, se controla actualmente el café.”