Así se refirió el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, al ataque con granada que se registró en un municipio al sur del país por parte de la guerrilla contra un grupo de personas que intentaba apagar un incendio.
Bogotá, Reuters. Rebeldes de las FARC provocaron un incendio en un pueblo en medio de una zona selvática del sureste de Colombia y cuando la comunidad intentaba apagarlo lanzaron una granada en un ataque que mató a un policía y a un niño, un acto que el ministro de Defensa calificó el martes de "diabólico y demencial".
El ataque del lunes en la noche, el más reciente en medio del conflicto interno de casi cinco décadas que cobra miles de vidas e impide un mayor crecimiento a la cuarta economía de América Latina, se produjo durante el receso en la negociación de paz que mantienen en Cuba el gobierno y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Esto es un hecho demencial, diabólico, no tiene otra explicación", dijo a periodistas el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, refiriéndose al ataque que se registró en el municipio de Miraflores, en el departamento del Guaviare.
"¿En qué cabeza cabe que a un grupo de personas, policías y ciudadanos, que van a trabajar hombro a hombro para apagar un incendio se lance una granada? (...) ¿en qué guerra, en qué lógica es aceptable? en ninguna, es un acto por fuera de la lógica de la humanidad", agregó el funcionario.
Adicionalmente, rebeldes de las FARC -el grupo rebelde activo más antiguo del hemisferio- volaron con explosivos un oleoducto en el departamento del Putumayo, fronterizo con Ecuador, y destruyeron maquinaria utilizaba para pavimentar una carretera en esa región del sur del país, reportó la policía.
Aunque ha sido debilitado por más de una década de ofensiva militar el grupo rebelde, que es considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, aún tiene la capacidad de realizar ataques de gran impacto.
Como consecuencia de la ofensiva, en la que han muerto varios de sus más importantes comandantes, las FARC pasaron de tener 17.000 combatientes a unos 9.000 en la actualidad, de acuerdo con fuentes de seguridad.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos descartó una propuesta de la guerrilla para firmar un cese bilateral de hostilidades mientras avanza la negociación de paz y por el contrario ordenó intensificar las operaciones militares, por lo que los analistas prevén un aumento de la confrontación como se ha evidenciado en las últimas dos semanas.
La actual negociación de paz, que transcurre bajo el principio de "nada está acordado hasta que todo esté acordado", es el cuarto intento oficial por poner fin al sangriento conflicto armado.
El gobierno y la guerrilla discuten cinco grandes temas que incluyen desarrollo agrario, garantías para la participación en política, fin del conflicto, lucha contra el narcotráfico y compensación de las víctimas.