Los desacuerdos entre Honduras, El Salvador y Nicaragua por los límites de las aguas del golfo recuerdan la guerra de 1969, conocida como la Guerra del Fútbol y provocada artificialmente para distraer a los pueblos, aseguró el obispo auxiliar de San Salvador

La Iglesia Católica de El Salvador instó a los gobiernos de Honduras, Nicaragua y su país, a buscar una salida diplomática al conflicto en el Golfo de Fonseca, al que compararon con la guerra de 1969, creada "para distraer a los pueblos".

El obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, manifestó en las últimas horas su preocupación por la tensión entre los gobiernos de la región ante el bloqueo denunciado por Honduras en las aguas del Pacífico.

Rosa comparó el conflicto con la guerra de 1969 entre Honduras y El Salvador, llamada también la "guerra del fútbol", la cual "fue provocada artificialmente para distraer a los pueblos".

"En esta tensión del Golfo algunos ven eso. Si eso fuera verdad sería muy triste", remarcó el sacerdote.

El prelado instó a los gobernantes de los países involucrados a tomar la vía diplomática y poner en primer lugar a la población.

"No juguemos con los pueblos y no juguemos con la vida de los pueblos", dijo el obispo auxiliar, al tiempo que destacó que El Salvador ha actuado de forma "muy serena y diplomática y esperemos que las gestiones lleguen a un término feliz".

El Golfo de Fonseca, con una extensión de 3,200 km2, ha sido escenario de tensiones políticas y conflictos entre pescadores y guardacostas de los tres países, que se acusan unos a otros de incursiones ilegales en aguas jurisdiccionales respectivas porque las aguas no están delimitadas.

La CIJ dirimió el 11 de septiembre de 1992 un añejo diferendo entre Honduras y El Salvador sobre 446.5 km2 de territorio fronterizo e islas e islotes en el Pacífico, pero los conflictos continúan en el Pacífico.

Ayer, el presidente Porfirio Lobo lamentó que hay "una situación bastante desagradable" en el Golfo y que el diálogo emprendido con los presidentes de los otros dos países, Daniel Ortega (Nicaragua) y Mauricio Funes (El Salvador), para hallar una solución "no caminó".

El alcalde del municipio de Marcovia, en la zona costera del Golfo, Nahum Cálix, denunció en medios locales que la Marina de Nicaragua destruyó el viernes la embarcación de dos pescadores hondureños, a los que trasladó a su país, en un nuevo incidente.