El aislamiento social obligatorio comenzó a las 00:00 horas del viernes (0300 GMT) y se mantendrá hasta la medianoche del 31 de marzo, en momentos en que Argentina registra 128 casos, de los cuales tres son personas ya fallecidas.
Buenos Aires.- Las calles de Buenos Aires estaban prácticamente vacías el viernes, horas después de que el presidente Alberto Fernández ordenara una cuarentena obligatoria de 12 días en todo el país para limitar el avance del "enemigo invisible", como el mandatario llamó al coronavirus.
El aislamiento social obligatorio comenzó a las 00:00 horas del viernes (0300 GMT) y se mantendrá hasta la medianoche del 31 de marzo, en momentos en que Argentina registra 128 casos, de los cuales tres son personas ya fallecidas.
Si bien la idea del Gobierno es limitar al máximo la circulación de personas, se permitió el movimiento de empleados de actividades consideradas esenciales (salud y alimentación, entre otras) y la apertura de comercios pequeños de los barrios, con el fin de mantener el abastecimiento básico de la población y de evitar un mayor derrumbe de la economía.
"Todos tenemos que cumplir la cuarentena (...) La tarea acá es generar el menor movimiento posible de personas. La forma en que el virus se traslada es con el desplazamiento", dijo a la televisión argentina el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.
El funcionario explicó que el Gobierno ha pretendido anticiparse al pico del brote de coronavirus, previsto para las próximas semanas en el país, según los expertos.
Mientras que prácticamente no había autos por las calles de Buenos Aires, los pocos autobuses que circulaban lo hacían casi vacíos.
En algunos barrios de la ciudad, solo algunos comercios abrían sus puertas ante la mirada de vecinos solitarios que se animaban a pasear a sus mascotas o limpiar sus veredas.
"Es el problema de salud más grave que hemos tenido en toda nuestra vida democrática", consideró el presidente Fernández en la noche del jueves en una carta abierta a los argentinos.
