La medida propone que funcionarios de alto nivel -el director del FBI, el director de inteligencia nacional y el secretario de Seguridad nacional- verifiquen que cada refugiado sirio no supone un riesgo para la seguridad.
Washington. La Cámara de Representantes de Estados Unidos, desafiando una amenaza de veto del presidente Barack Obama, aprobó este jueves un proyecto de ley que busca suspender el programa de Obama para admitir a 10.000 refugiados sirios el próximo año e intensificar su proceso de revisión.
La medida, redactada rápidamente esta semana después de los ataques del grupo Estado Islámico en París la semana pasada, en los que murieron 129 personas, fue aprobada en una votación de 289 a 137, luego de que 47 de los 188 demócratas en la Cámara baja le ofrecieron su apoyo.
La medida propone que funcionarios de alto nivel -el director del FBI, el director de inteligencia nacional y el secretario de Seguridad nacional- verifiquen que cada refugiado sirio no supone un riesgo para la seguridad.
El líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que el proyecto de ley pondrá en pausa el programa que la Casa Blanca anunció en septiembre para admitir a 10.000 refugiados sirios el próximo año. Ryan dijo que era importante actuar con rapidez "cuando nuestra seguridad nacional está en juego".
Después de la votación de la Cámara baja, la fiscal general de Obama, Loretta Lynch, calificó el proceso de verificación propuesto como poco práctico e imposible.
"Pedirme que haga que el director del FBI o que otros miembros del Gobierno ofrezcan garantías personales en la práctica frenaría el programa", dijo Lynch a la prensa en una rueda de prensa con el director del FBI, James Comey.
Algunos republicanos han dicho que ciertos refugiados podrían ser militantes empeñados en atacar a Estados Unidos, haciendo referencia a los reportes que sostienen que al menos un atacante de París pudo haber ingresado a Europa entre los migrantes registrados en Grecia.
El proyecto de ley fue aprobada con la mayoría de dos tercios que la Cámara baja necesitaría que anular un veto presidencial. Ahora deberá ser votado en el Senado, también controlado por los republicanos, donde sus perspectivas son inciertas.