Con los dos candidatos en un empate técnico, los últimos días de campaña serán claves. En ese marco, se llevó a cabo un nuevo debate presidencial.
La mandataria brasileña Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), y Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), realizaron en la noche del domingo el tercer debate televisivo, en el que se repitieron las acusaciones mutuas, aunque en un tono menos agresivo que el registrado en los dos duelos anteriores.
El opositor insistió en criticar la política económica del actual gobierno -a la que responsabilizó del aumento de la inflación y de la caída en el ritmo de crecimiento del país- y en recordar el escándalo desatado por la confesión de desviación de dinero de la empresa Petrobras en favor de partidos oficialistas, hecha ante la Justicia por un ex director de la petrolera.
La mandataria, por su parte, recordó los avances económicos y sociales logrados por Brasil durante los 12 años de gobierno del PT frente a la situación en que vivía el país entre 1995 y 2002, cuando fue gobernado por el principal líder del PSDB, Fernando Henrique Cardoso.
Ataques mutuos no beneficiaron a nadie. Rousseff destacó que un informe reciente de las Naciones Unidas excluyó a Brasil de la lista de países en situación de inseguridad alimentaria -el llamado "Mapa del Hambre"-, y aseveró que su gobierno generó 5,6 millones de empleos, además de ampliar el programa Beca Familia, que concede ayuda financiera oficial a más de 50 millones de personas. "Tenemos una de las más bajas tasas de desempleo de la historia, del cinco por ciento. Nadie puede quitarnos esto", dijo la mandataria.
Neves, por su parte, sostuvo que los avances sociales se iniciaron durante el gobierno Cardoso, quien controló la inflación y puso en marcha los programas de transferencia de renta a la población más pobre que se convirtieron en Beca Familia durante la Presidencia de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010).
Las encuestas divulgadas en la semana pasada por el Instituto Datafolha y del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE) revelaron que los duros ataques de los dos primeros debates no beneficiaron a ninguno de los candidatos, que no lograron aumentar su índice de preferencias. Ambos sondeos apuntaron que, si la segunda ronda electoral se realizara ahora, Neves recibiría el 51% de los votos válidos, frente al 49% de Rousseff, lo que supone un empate técnico ante el margen de error de dos puntos porcentuales, hacia arriba o hacia abajo. En la última semana de campaña, los dos candidatos tratarán de buscar los apoyos necesarios para superar al adversario en una de las elecciones más disputadas de la historia reciente de Brasil.