Una ola de empatía le ha dado a Chávez cerca de diez puntos porcentuales de avance, para quedar justo por debajo del 60% en la mayoría de los sondeos de opinión.
Caracas. La enfermedad del presidente Hugo Chávez ha revivido su conexión emocional con las masas de Venezuela, lo que significa que a sus opositores no les será sencillo derrotarlo en las elecciones del próximo año, de acuerdo a un escritor estadounidense.
Habiendo trabajado en Venezuela como reportero y luego de escribir la biografía "Hugo!" en 2007, Bart Jones cuenta con una perspectiva más cercana que muchos sobre el militar retirado de izquierda, cuyo gobierno socialista de casi 13 años ha polarizado opiniones en todo el mundo y dentro de su país.
Aunque tampoco está al tanto de la naturaleza exacta de la enfermedad de Chávez, Jones, de 53 años, dijo que estaba claro que la noticia había inspirado nueva vida a sus poderosos pero intangibles lazos con los pobres de Venezuela, que han apuntalado su mandato.
"Eso devastó a sus partidarios. Ellos casi sintieron que podrían quedarse huérfanos, con un padre que moriría. Pero les recordó que tienen una conexión con Chávez muy emocional y espiritual, incluso mucho más que política", dijo Jones durante en una entrevista telefónica desde Nueva York.
"El no es sólo un presidente para sus partidarios, realmente él es una figura más mítica, mística, casi como un mesías. Ellos lo ven como un profeta, como un poeta, un visionario, aunque quizás no tanto como un administrador de gobierno", declaró.
Una ola de empatía le ha dado a Chávez cerca de diez puntos porcentuales de avance, para quedar justo por debajo del 60% en la mayoría de los sondeos de opinión desde que en junio fuera sometido a una cirugía en Cuba para remover un tumor maligno en la pelvis.
Luego, Chávez recibió cuatro sesiones de quimioterapia.
"Su popularidad se ha elevado desde la noticia del cáncer", dijo Jones, quien trabaja para un diario estadounidense. "Creo que si las elecciones se realizaran hoy, él ganaría (...) él aún posee el apoyo, según creo, de al menos la mitad de la población", agregó.
Oratoria emocional. Chávez, de 57 años, se ha apoyado en su oratoria emocional, con grandiosos gestos, fuertes inversiones en barrios pobres y una fiera retórica en contra de Washington y de la elite tradicional de Venezuela para preservar el fuerte respaldo de los más desfavorecidos del país.
"Al reducir los niveles de analfabetismo, colocar doctores cubanos en vecindarios donde en el pasado la mayoría de los médicos venezolanos no se atreverían a ir (...) No es el desastre sobre el que la gente tiende a pensar a nivel internacional", dijo Jones, destacando también las reformas políticas y la "explosión" de organizaciones locales.
Sus rivales han tenido problemas para igualar la fórmula de Chávez y han perdido la mayoría de elecciones. De todas formas, los partidos de oposición han logrado una unidad sin precedentes y elegirán a un candidato único para los comicios presidenciales del 7 de octubre del 2012.
"Quizás ellos dieron un paso adelante respecto a lo que hemos visto en el pasado, pero no creo que realmente sean lo suficientemente fuertes como para terminar con el vínculo entre Chávez y buena parte de los venezolanos", indicó Jones.
"El tiene una tremenda conexión, esta rara capacidad de leer el pulso del pueblo venezolano, o al menos de la mayoría pobre. No creo que estos tipos de la oposición tengan eso", afirmó.
El autor dijo que la oposición se vería perjudicada por sus vínculos con una antigua elite que ha quedado desacreditada ante los ojos de muchos venezolanos, además de su falta de propuestas políticas detalladas.
"No sé si ellos tienen un mensaje suficientemente claro más allá de 'deságanse de Hugo Chávez'", señaló.
El libro de Jones, subtitulado "The Hugo Chavez Story from Mud Hut to Perpetual Revolution" (La historia de Hugo Chávez, desde la choza de lodo a la revolución perpetua), es un retrato relativamente empático de un hombre cuyos enemigos dicen que ha dañado las libertades básicas y derrochado las riquezas petroleras del país.
Sin embargo, el autor no realiza un retrato romántico de Chávez tal como lo hacen algunos partidarios internacionales.
"No lo pongo en un pedestal, sólo quiero ser justo", dijo y criticó además los niveles de criminalidad en Venezuela, junto con la burocracia, la corrupción y la sobredependencia de una sola figura política.