Bolivia, el mayor receptor de cooperación europea en América Latina, firmó un acuerdo con la UE para los próximos siete años. Sobre las relaciones con Europa, el canciller David Choquehuanca habló con la prensa en Bruselas.
A la lucha conjunta contra el narcotráfico y la racionalización de los cultivos de la hoja de coca se dedicará buena parte de los fondos para cooperación estipulados en el acuerdo firmado esta semana entre la UE y Bolivia. El monto: 218 millones de euros para el período 2014-2020.
"Estamos trabajando en la radarización. Se trata de tener un mejor control aéreo y poder tomar medidas drásticas contra aquellos aviones que se dedican al tráfico de drogas”, explicaba a los medios en canciller boliviano, David Choquehuanca, después de la firma del convenio en Bruselas. Dado que es parte de políticas conjuntas, orientadas al desarrollo, este tema –en el que Francia tendrá un papel importante- no es sólo comercial, subrayaba el diplomático boliviano.
Coca, no cocaína. ¿Europa entiende? Bolivia -que consiguió de cara a la comunidad internacional legalizar el uso de la hoja de coca con fines tradicionales en el país- ha logrado reducir los cultivos destinados a la producción de cocaína.
“Hemos racionalizado el cultivo de la coca, no la hemos erradicado”, decía el canciller Choquehuanca, “y Europa nos ha acompañado en el camino. Eso hace la diferencia con el otro tipo de cooperación que no se basaba en el respeto, sino en ejecución de planes que ni siquiera conocíamos”. A la cooperación estadounidense se refería probablemente el político boliviano, cuya agencia fue expulsada del país andino en 2013.
“Europa nos va a ayudar a implementar nuestro plan nacional de desarrollo, nuestra agenda 2025”, resaltó.
Uno de los pocos. Entretanto, Bolivia es uno de los dos países de América del Sur que recibe fondos de la cooperación europea. Aunque los avances en el último tiempo han sido claros, el país no cuenta todavía como uno de renta media alta.
Este es el criterio que se maneja para que un país sea receptor de fondos de cooperación internacional al desarrollo. También para que se beneficie del régimen de cero aranceles para la exportación de sus productos al ámbito europeo. Esto, sujeto al cumplimiento de 27 convenciones internacionales –una de ellas los acuerdos laborales de la OIT- se revisará en 2015.
¿Acuerdo? ¿Visas? Las relaciones entre el país andino y la UE marchan viento en popa. Lejos quedan al parecer las desaveniencias por la detención del avión del presidente Morales, el resquemor europeo por la nacionalización de Repsol o el abandono por parte de Bolivia de la mesa de negociación del acuerdo comercial que firmaron Colombia y Perú, y al que se plegó Ecuador este verano.
“Nosotros queremos un acuerdo de asociación”, no solo uno comercial, respondió a DW el canciller, subrayando la importancia del diálogo político. “No tenemos prisa”, agregó.
El canciller Choquehuanca, en rueda de prensa. Con todo, el asunto de la liberación de visados para entrar al espacio Schengen sí parece urgente y ha sido discutido con los europeos. A diferencia de Colombia y Perú –cuyos ciudadanos podrán volver a entrar sin visa al espacio europeo probablemente a mediados de 2015-, ecuatorianos y bolivianos aún no se benefician de esa liberalización.
En todo caso, “la cooperación al desarrollo europea y sus historias de éxito destacan en la agenda del diálogo de alto nivel”, se resalta en la información oficial. Aparte de la lucha contra el narcotráfico, la reforma judicial y la gestión del agua serán los temas en los que se concentrarán hasta el 2016.