El socialista Eduardo Campo acusó a Rousseff de haber "interrumpido" el diálogo entre el gobierno y la sociedad, y de gobernar arropada por una amplia coalición de partidos que "responde a intereses propios".
Brasilia. El socialista Eduardo Campos, candidato a la Presidencia de Brasil, afirmó este miércoles que Dilma Rousseff "dejará un país mucho peor que el que recibió en 2011", cuando asumió el poder, y prometió "rescatar el diálogo" si es elegido en octubre próximo.
Campos participó en un encuentro de los principales candidatos a la Presidencia en las elecciones de octubre con representantes de la Confederación Nacional de Agricultura (CNA).
También estaban el abanderado del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, y la propia Rousseff, que aspira a la reelección.
El candidato socialista acusó a Rousseff de haber "interrumpido" el diálogo entre el gobierno y la sociedad, y de gobernar arropada por una amplia coalición de partidos que "responde a intereses propios" y no a las necesidades del Estado.
Uno a uno, citó a los presidentes del Brasil democrático desde que el país recuperó la democracia, en 1985, y aseguró que, hasta Rousseff, todos "dejaron un país mejor" porque apostaron por el diálogo.
"José Sarney, Itamar Franco, Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva dialogaron mucho, tuvieron mucha paciencia", aseguró Campos, quien sostuvo que con Rousseff ha sido diferente.
"Lo que falta en Brasil es ese diálogo que se perdió", declaró.
Según Campos, "Brasil sufre la crisis" internacional, pero aún más sufre por "los desencuentros internos", que han llevado a que el país tenga hoy "el más bajo crecimiento económico de las últimas décadas, con la inflación golpeando la puerta de las empresas y las familias y elevadas tasas de interés".
Para elevar los niveles de producción en la actividad agrícola, Campos propuso impulsar "una nueva gobernanza del Estado en relación con el campo y políticas de distribución de renta articuladas con los empresarios".
También un desarrollo "real" de las infraestructuras necesarias para el traslado de los productos desde el campo hasta la ciudad y, sobre todo, una "nueva política comercial", que promueva una mayor inserción del país en el mundo.
En ese sentido, reiteró que "Brasil precisa una política de relaciones exteriores que sea de Estado, no de partidos", y ratificó su descontento con el Mercosur, bloque que el país integra junto con Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela.
"Tenemos que destrabar la capacidad de expansión de nuestras fronteras comerciales", pues "estamos amarrados al estancamiento del Mercosur y la ronda de Doha (OMC) y avanzamos muy poco", mientras "vemos que se construyen sociedades transatlánticas y transpacíficas" que "nos ponen las cosas mucho más difíciles".
Según los últimos sondeos, Campos se sitúa actualmente en tercer lugar de las preferencias de los electores, con sólo un 10 %, mientras que Rousseff lidera con una intención de voto cercana al 40 %, frente al 22% que obtendría Aécio Neves.
Esos resultados llevarían la definición a una segunda vuelta, en la que Rousseff se impondría con una votación cercana al 40% al abanderado socialdemócrata, que obtendría cerca del 35%.