Ninguno de los cuatro candidatos fue el claro ganador del debate nocturno, en el que intercambiaron insultos y acusaciones de mentir, estar desconectados de la realidad y no hacer lo suficiente para manejar los casos de corrupción dentro de sus respectivos partidos.
Madrid. Los principales candidatos en la elección general de España se enfrentaron el lunes sobre cómo lidiar con la campaña independentista de Cataluña, acusándose mutuamente de mentir en un tenso debate transmitido por televisión que dejó preguntas abiertas sobre qué acuerdos de coalición se podrían alcanzar.
La elección parlamentaria de este domingo 28 de abril en España, una de las más polarizadas del país desde el regreso de la democracia a fines de la década de 1970, se está disputando más en temas emotivos y de identidad, como la campaña independentista de Cataluña, que en cuestiones como la economía.
Ninguno de los cuatro candidatos fue el claro ganador del debate nocturno, en el que intercambiaron insultos y acusaciones de mentir, estar desconectados de la realidad y no hacer lo suficiente para manejar los casos de corrupción dentro de sus respectivos partidos.
Pablo Casado, del conservador Partido Popular, y Albert Rivera, del centroderechista Ciudadanos, acusaron reiteradamente al saliente presidente de gobierno Pedro Sánchez, socialista y favorito a ganar la votación, de trabajar contra los intereses del país.
“La unidad de España está en riesgo por Sánchez (...) Los que quieren romper a España tienen a Sánchez como su candidato favorito”, dijo el derechista Casado.
El centroderechista Rivera, en tanto, dijo: “¿Queremos que el futuro de España siga estando en manos de quienes quieren liquidar a España?”.
Rivera mostró una fotografía de una reunión de Sánchez con el líder separatista catalán Quim Torra, que puso en su podio durante gran parte del debate.
El referéndum sobre la independencia realizado en Cataluña en octubre de 2017 -declarado ilegal por los tribunales españoles, seguido de una declaración de independencia de corta duración- ha generado repercusiones en la política de España y pesará en la votación del domingo.
Sánchez, quien se convirtió en presidente del Gobierno en junio del año pasado y ha estado más abierto a conversar con los separatistas que su predecesor conservador Mariano Rajoy, respondió diciendo que está a favor del diálogo, pero que se opone a la independencia de la región ubicada en el noreste del país.
Varias veces en el debate, Sánchez afirmó que sus dos rivales de centroderecha, que lo acusaron de mentir, podrían necesitar “el detector de verdades, porque todo son mentiras”.
Los socialistas de Sánchez lideran los sondeos de opinión, pero no suman los escaños suficientes formar un gobierno solos. Las mismas encuestas muestran que necesitarán más apoyo que el que les podría entregar Unidas Podemos, de Pablo Iglesias, y necesitarían el respaldo de partidos nacionalistas, quizá incluyendo los catalanes.
Los sondeos muestran que será incluso más difícil que los tres partidos de derecha consigan suficientes votos para formar un gobierno.
La cantidad de votantes indecisos, sin embargo, es tan alta que todos los resultados posibles están dentro del margen de error y el resultado podría cambiar este domingo, dijeron encuestadores. Definir un ganador se hace más complejo debido a lo difícil que es predecir cuántos escaños logrará el partido de extrema derecha Vox.
