Una combativa Dilma Rousseff arremetió contra José Serra calificándolo de títere de los inversores extranjeros, y lo acusó de liderar una campaña de calumnias en su contra.
Sao Paulo. La candidata oficialista a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, atacó a su rival José Serra el domingo en un debate, exhibiendo su tono más agresivo en la campaña mientras intenta conservar la ventaja obtenida de cara al balotaje.
Una combativa Rousseff arremetió contra Serra calificándolo de títere de los inversores extranjeros, y lo acusó de liderar una campaña de calumnias en su contra, una semana después de que en la primera vuelta electoral obtuvo menos votos que los esperados.
"Su campaña está tratando de dañar con mentiras, calumnias y difamaciones", dijo Rousseff, respondiendo a afirmaciones de que está a favor de legalizar el aborto que hicieron que votantes religiosos le dieran la espalda y contribuyeran a que no lograra la mayoría absoluta en la primera vuelta.
La ventaja de Rousseff ha disminuido desde más de 20 puntos porcentuales a apenas 7 en la última encuesta para el balotaje del 31 de octubre, en la que se decidirá quién se convertirá en presidente de uno de los mercados emergentes de más rápido crecimiento.
La candidata del Partido de los Trabajadores criticó la participación de Serra en las privatizaciones de la década de 1990 ampliamente apoyadas por los inversores pero que muchos brasileños siguen considerando fueron dañinas para la economía del país.
También celebró una reciente oferta de acciones por parte de la petrolera estatal Petrobras que aumentó el control del Estado sobre la compañía.
Ninguno de los candidatos haría cambios importantes a la estrategia de crecimiento económico del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, mentor de Rousseff que ayudó a que la alguna vez desconocida funcionaria pública se convirtiera en la candidata favorita para los comicios.
Serra describió a Rousseff como una persona de doble moral en algunos temas, como el aborto y la creencia en Dios, buscando seducir a votantes religiosos.
"Usted lo defendió (al aborto) y después cambió su posición", dijo Serra, ex gobernador del estado de Sao Paulo, quien parecía más confiado que en debates previos pero de a ratos debió levantar la guardia ante la postura agresiva de Rousseff.
"Ocurrió lo mismo cuando se trató de Dios. Primero no sabía si creía o no, luego de repente usted es una devota", dijo el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña.
Serra atacó al PT por no controlar el creciente delito vinculado al narcotráfico, y por la pobre infraestructura en puertos y caminos que ha frenado el desarrollo económico del país.
Celebrado el domingo por la noche, es improbable que el debate produzca algún cambio importante en las elecciones.
Los debates previos han tenido mínimos efectos en la campaña, y generalmente debieron competir por la audiencia con los partidos del campeonato brasileño de fútbol, que se transmiten a la misma hora.
La consultora Datafolha difundió el sábado un sondeo que daba ganadora a Rousseff con 48% de los votos contra 41% para Serra, con 11% de los encuestados diciendo que no votarán a ninguno de ellos o aún no se han decidido.
"Esa encuesta muestra que nosotros todavía estamos adelante y estamos muy seguros de nosotros mismos", dijo el diputado del PT por el estado de Sao Paulo Rui Falcao, quien asistió al debate.