Algunos testigos y organizadores calcularon que hasta 3.000 personas que huyen de la pobreza y violencia en Honduras habrían pisado territorio guatemalteco sin someterse a controles migratorios, pero no hay cifras de autoridades de ninguno de los países.
Agua Caliente. Al menos 2.000 hondureños cruzaron la frontera de su país hacia Guatemala el lunes con la intención de llegar a Estados Unidos, desafiando las advertencias de Washington de que los migrantes no deben intentar ingresar ilegalmente a su territorio.
Algunos testigos y organizadores calcularon que hasta 3.000 personas que huyen de la pobreza y violencia en Honduras habrían pisado territorio guatemalteco sin someterse a controles migratorios, pero no hay cifras de autoridades de ninguno de los países y Reuters no pudo confirmar de forma independiente el número de participantes.
La llamada Caminata del Migrante integrada por familias completas con niños y mujeres con bebes en sus brazos avanzaba más temprano hacia la ciudad de Esquipulas, donde sus integrantes planean pernoctar, tras forcejear con agentes antimotines guatemaltecos que trataban de contener su paso en este puesto aduanero, dijeron testigos.
"Sí se pudo, sí se pudo, el pueblo unido jamás será vencido", gritaban varios migrantes que corrieron después de que los agentes guatemaltecos les abrieron el paso en la carretera, mientras empujaban y otros cantaban el himno nacional de Honduras, dijo a Reuters la activista social, Leticia Gutiérrez.
La marcha, que fue convocada en redes sociales, comenzó este sábado con unas 1.300 personas en la norteña ciudad de San Pedro Sula, la más violenta de Honduras, según Bartolo Fuentes, uno de los organizadores. Algunos migrantes planean buscar la condición de refugiado en México y otros esperan pasar a Estados Unidos.
Las naciones empobrecidas de América Central, de las cuales miles de personas han huido en los últimos años, están bajo una presión cada vez mayor por parte del Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para reducir el flujo de migrantes.
"Estamos seriamente preocupados por la caravana de migrantes que viajan al norte de Honduras, con falsas promesas de ingresar a Estados Unidos por parte de quienes buscan explotar a sus compatriotas", dijo la embajada de Estados Unidos en Honduras en una declaración este domingo por la noche.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, pidió la semana pasada en Washington a los presidentes de Honduras, Guatemala y El Salvador frenar la migración en masa, la corrupción y la violencia.
Guatemala dijo en un comunicado este domingo que no promueve ni respalda la "migración irregular".
"Vamos para allá le vamos a caer a Donald Trump, tiene que recibirnos allá en Estados Unidos", dijo a Reuters Andrea Fernández, de 24 años, que cargaba un bebé de menos de un año y caminaba junto a una niña de 5 años y un niño de 7 años.
La población de Honduras, donde un 64% de los hogares vive en condiciones de pobreza, es asolada en barrios y colonias por pandillas que imponen violentamente un llamado "impuesto de guerra" o extorsión a pobladores, comercios y negocios, autobuses y taxis.