Decenas de colegios han sido ocupados por independentistas catalanes para que sirvan como centros de votación para el referendo secesionista pautado para este 1 de octubre. El Gobierno español insiste en prohibirlo.
Hasta ahora, los Mossos d'Esquadra, la policía de Cataluña, han hecho acto de presencia en 1.300 de los colegios designados como centros de votación para el referendo –ilegalizado por las instituciones del Estado español– en torno a la secesión de esa comunidad autónoma. De esos colegios, 163 –poco más del 12 por ciento– han sido ocupados por independentistas para evitar que las autoridades impidan su uso este domingo, como lo ha ordenado un juez. Los Mossos le advirtieron a los ocupantes que tenían hasta las 6 de la mañana del 1 de octubre para desalojar esas instalaciones.
El Govern ha convocado a 5.343.358 catalanes a votar en 2.315 colegios y 6.249 mesas electorales, pese a la suspensión decretada por el Tribunal Constitucional (TC). Esa corte le ordenó a los Mossos que impidan la apertura de los centros de votación. La policía catalana no ha llevado a cabo ningún desalojo ni ha requisado material relacionado con la votación, como urnas, papeletas o listas de censo, en el interior de colegios, institutos y otros puntos para votar. Sin embargo, los ánimos están tan caldeados que algunos ciudadanos han violado el monopolio de la violencia, que está en manos el Estado.
Este viernes (29.9.2017), tres miembros del Comité de Defensa del Referéndum de Manlleu (Barcelona) presentaron una denuncia ante la Policía tras ser alcanzadas por disparos de balines efectuados por desconocidos con un arma de aire comprimido. Las víctimas, que acudieron a un centro de atención médica primaria con heridas leves, se hallaban en el exterior de un colegio ocupado cuando fueron atacadas. Un portavoz de los Mossos dijo no saber de otras denuncias, pero en las redes sociales se habló de una cuarta víctima de disparos con balines.
Puigdemont se muestra optimista. Mientras tanto, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha invitado a garantizar que lo que consiga en el plebiscito del 1-O "no se pierda" ni "estropee" el día 2 o 3 de octubre, tras declarar en una entrevista con el diario Ara sobre el temor de muchos españoles a un estallido de violencia política y a una declaración unilateral de independencia por parte de Cataluña, y también sobre el respaldo que la Unión Europea le dio al Gobierno español de cara a la cuestión secesionista. "Lo hemos previsto todo para que en el 1-O esté todo preparado para que la gente vaya a votar", ha dicho el Puigdemont.
Al ser consultado sobre las posibles fricciones entre quienes han ocupado los colegios catalanes y los gendarmes comisionados para desalojarlos, Puigdemont ha pedido que haya "cero confrontaciones con las fuerzas del orden ni con nadie; cero violencia". El president recordó que las movilizaciones de los últimos años se han producido sin incidentes: "Sería paradójico, por no decir sospechoso, que ahora, cuando hay más policías que nunca en Cataluña, hubiera violencia". Sobre si aboga por una declaración de independencia unilateral, Puigdemont se mostró conciliador.
"Todo el mundo entiende que las grandes decisiones han de ser consensuadas" y se deberá buscar una "agenda política para aplicar los resultados" que sea "razonable, realista y efectiva", dijo Puigdemont, comentando, eso sí, que su decepción con la Unión Europea se debe a su postura frente a los derechos civiles de los catalanes secesionistas, no frente al "debate Cataluña-España" per se. "Esperaba que cuando a nuestra gente les impidieran colgar una pancarta de 'Más democracia', o cuando se detenía a un joven que tenía una web de información del referéndum, o se prohibían actos, o se violaba la correspondencia postal, la UE, tan valiente para hacer discursos moralizantes en otros puntos del planeta, diría alguna cosa. En este sentido estoy muy decepcionado", ha dicho Puigdemont.