El jefe de Estado sostuvo que “yo soy católico, pero aquí hay igualdad, todas las religiones son iguales. En Venezuela no puede haber ningún privilegio".
Caracas. El presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo este martes que quitará privilegios a la jerarquía de la Iglesia Católica en el país, tras días de arremetidas contra los representantes del Vaticano que siguieron a críticas de un cardenal contra su Gobierno.
El Cardenal Jorge Urosa acusó a Chávez de tratar de llevar al país por el camino de un "socialismo marxista" y denunció ineficiencia en el Gobierno, a lo que el mandatario respondió tratando a los obispos de "trogloditas" y "cavernícolas".
Chávez explicó que la intención de revisar un convenio firmado entre Caracas y el Vaticano hace medio siglo era eliminar privilegios.
"Le da unas prerrogativas, sobre todo a las cúpulas de la Iglesia Católica. Yo soy católico, pero aquí hay igualdad, todas las religiones son iguales. En Venezuela no puede haber ningún privilegio", dijo el mandatario socialista.
Según analistas y opositores, Chávez ataca a sus críticos para distraer a la opinión pública de los problemas cotidianos y acusaciones de corrupción, de cara a la elección legislativa de septiembre en la que busca conservar su abrumadora mayoría.
Urosa, también arzobispo de Caracas, estaba invitado el martes a la Asamblea Nacional para explicar por qué recomendaba elegir un legislativo plural en septiembre, pero declinó asistir aludiendo a que el ánimo está muy caldeado para mantener una conversación.
La semana pasada, Chávez también acusó a los obispos de desconocer las leyes del país petrolero.
Los dichos del presidente contra los sacerdotes se dieron luego de que el cardenal dijera que el afán de Chávez por instaurar un modelo socialista atenta contra los derechos humanos, civiles y políticos de los ciudadanos.
El funcionario del Vaticano afirmó, además, que el Gobierno ha descuidado sus tareas primarias de proteger al pueblo de la violencia, mejorar la salud y la infraestructura del país.
Chávez, que tiene 11 años en el poder, acusa a la jerarquía de la Iglesia Católica de haber respaldado un fugaz golpe de Estado en su contra en 2002.
El mandatario afirmó que insistirá en el caso de la Iglesia, aunque se mostró dispuesto a reunirse con el canciller del Vaticano y con el Nuncio en Caracas.
"Me va aguantar el 'chinchin' de por vida (...) recordándole al pueblo lo que son esos cardenales y obispos", dijo.