El mandatario venezolano, claro favorito en los sondeos pese a su notable ausencia en la precampaña, buscó dar públicamente signos de mejoría y acallar los crecientes rumores sobre un rápido y crítico deterioro de su salud.
Caracas. El optimismo del presidente Hugo Chávez en su regreso a Venezuela la semana pasada, tras 11 días de tratamiento médico en Cuba, no ha disipado las dudas sobre cómo el cáncer afectará su apuesta por la reelección en los comicios de octubre.
El mandatario socialista, claro favorito en los sondeos pese a su notable ausencia en la precampaña, buscó dar públicamente signos de mejoría y acallar los crecientes rumores sobre un rápido y crítico deterioro de su salud.
Con voz enérgica y postura firme, Chávez aseguró al volver la noche del viernes de La Habana que siente "un gran optimismo" tras finalizar la radioterapia, descartando la tesis de que su candidatura a la presidencia está en jaque por la enfermedad.
A diferencia de otras ocasiones, su retorno no fue familiar, sino presidencial: bajó solo del avión, sin la compañía de sus hijas. Flanqueado por el vicepresidente Elías Jaua y el ministro de Defensa, recibió honores militares a paso brioso luego de un breve discurso en el que prometió cuidarse para ganar un nuevo mandato de seis años.
Once meses después de un diagnóstico considerado secreto de Estado, la oposición todavía busca cómo abrir una brecha en el "efecto solidaridad" que protege la alta popularidad del militar retirado, quien ha desplegado una nueva batería de multimillonarios planes sociales como punta de lanza para los comicios más desafiantes de sus 13 años de gobierno.
Sus recurrentes viajes a Cuba por el tratamiento -cinco en el 2011 y otros tantos en el 2012 para sumar más de 100 días en la isla durante los últimos 12 meses- mantienen en vilo al país petrolero y a los mercados, donde los bonos venezolanos suben y bajan al ritmo de las conjeturas sobre la enfermedad de Chávez.
A menos de cinco meses de los comicios, Venezuela está más pendiente que nunca de sus inusualmente escasas apariciones públicas buscando pistas sobre el estado real de salud del presidente, quien desde su regreso a Caracas no ha aparecido en televisión y sólo se ha comunicado mediante unos pocos mensajes en Twitter.
A continuación, posibles escenarios de cara a las elecciones del 7 de octubre:
Chávez mantiene candidatura y acude enfermo a elecciones:
* Es difícil que el presidente de 57 años pueda volver a jugar la carta de la "total recuperación" que esgrimió el año pasado, cuando se declaró completamente curado luego de dos operaciones en junio y un agotador tratamiento de quimioterapia.
* Tras recaer en febrero, afrontó una nueva cirugía y seis ciclos de radioterapia que lo mantuvieron casi la mitad de lo que va de año fuera del país, alimentando rumores sobre un cuadro clínico grave filtrados por periodistas y médicos pro oposición que citan fuentes cercanas a su equipo de doctores.
* Aunque debilitado por la enfermedad, el mandatario llegaría de favorito a los comicios si se mantiene moderadamente activo en los medios y escenifica estratégicas apariciones públicas mientras su afección sigue acaparando el debate en detrimento de los problemas cotidianos de los venezolanos.
* La oposición, unida en torno al joven gobernador Henrique Capriles, espera que la limitación de Chávez para hacer la campaña física a la que tiene acostumbrado al país desde 1998 pese sobre los indecisos, que pueden alejarse ante la imagen de un líder débil y de incierto futuro.
* Si su estado se agrava, aumentan las probabilidades de una victoria por estrecho margen de cualquiera de los dos bandos, resultado que podría generar tensiones donde las Fuerzas Armadas jugarían un papel crucial ante la presencia de facciones radicales tanto en el chavismo como en la oposición que podrían tratar de perturbar la continuidad democrática.
* Aunque el escenario que daría más estabilidad a la nación miembro de la OPEP es que Chávez concurra a las urnas, también puede dar lugar a otro mucho más complejo en el corto plazo:
"Lo más negativo para la oposición sería que Chávez gane las elecciones y salga del juego antes de asumir el mando en febrero del 2013. Habría que convocar elecciones pero la oposición no tendría tiempo de volver a realizar primarias y tampoco podría volver a proclamar a Capriles, que habría perdido", dijo a Reuters una alta fuente opositora bajo condición de anonimato.
"Es muy posible una fragmentación de la unidad opositora bajo ese escenario, hay muchas aspiraciones presidenciales en los partidos (de la coalición opositora)", agregó.
* Además, el chavismo también podría quedar sin líder y verse inmerso en un turbulento proceso de sucesión si el mandatario no deja un claro heredero político, pactado con las principales fuerzas de la revolución y aceptado por las bases.
Chávez, deteriorado, busca otras fórmulas:
* Ante un deterioro acusado de su salud o severas restricciones físicas, podría optar por repartir el peso de la campaña al definir públicamente sus preferencias y concurrir a las elecciones acompañado, o incluso delegando, en un "segundo de a bordo" o en un grupo más amplio de aliados.
* En ambos casos, Chávez seguiría siendo el decisor último del partido y el rostro más visible para los votantes, pero aplacaría la incertidumbre sobre el futuro liderazgo de la revolución. Analistas creen que un cambio en la vicepresidencia, cargo que ocupa Elías Jaua, u otras sustituciones de amplio alcance en el Gabinete, podrían apuntar en esta dirección.
* El movimiento supondría un inusual signo de debilidad en el tenaz líder socialista y daría munición a sus detractores para poner en tela de juicio su capacidad de gobernar seis años.
* El candidato opositor, que sigue midiendo sus palabras sobre el cáncer de Chávez consciente de que una declaración fuera de tono podría ser fatal para sus aspiraciones, tendría más opciones para confrontar con el oficialismo y explotar las flaquezas del que fuera primer espada del mandatario.
* Analistas creen que Chávez, poco acostumbrado a delegar y reacio a ceder la escena a sus aliados, sólo elegiría esta opción ante una situación límite pese a que una corriente de intelectuales socialistas aboga por concretar un liderazgo más colectivo de la revolución.
"Yo estoy aprendiendo y tengo que aprender a delegar más", reconoció el propio Chávez en julio del año pasado, pocos días después de anunciar su enfermedad.
* También existe la posibilidad de que se retrasen las elecciones por "motivos de fuerza mayor", pero siempre y cuando el presidente electo pueda jurar el cargo en febrero del 2013 como dicta la Constitución.
Chávez forzado a abandonar carrera electoral:
* La manida tesis de un "chavismo sin Chávez", durante años tema tabú en el oficialismo y un imposible para la oposición, es ahora una opción real analizada por ambos comandos de campaña.
* La retirada del mandatario de la contienda electoral, bien sea por su fallecimiento o por un estado crítico de salud, sería una conmoción para el país sudamericano, donde Chávez ha dominado la agenda política y económica desde hace 13 años aglutinando a una heterogénea gama de aliados y enemigos.
* El futuro inmediato del país dependería de si el líder bolivariano consagra públicamente a una persona o a un grupo para abanderar su proyecto socialista o si, por el contrario, su salida de la arena política se produce de forma intempestiva descabezando al oficialismo.
"Sólo una negociación del propio Chávez con los sectores críticos del chavismo, que representan el mayor riesgo de inestabilidad interna, puede validar un sustituto que evite una implosión y reduzca el riesgo de conflictos", opinó Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis.
"Si lo consigue, su desaparición física en plena campaña no necesariamente significa la derrota del chavismo", agregó.
* Pero la renuencia del presidente a nombrar públicamente un sucesor y los imponderables de una enfermedad como el cáncer, pueden poner a Venezuela en el inestable escenario de una lucha de corrientes en el chavismo en medio de un proceso electoral.
* La oposición probablemente se mantendría unida en torno a su candidato único, que ganó un amplio mandato popular de sus bases en unas concurridas elecciones primarias en febrero, lo que aumentaría exponencialmente sus oportunidades de victoria.
* Aunque públicamente el oficialismo ha cerrado filas en torno al Comandante-Presidente, en el seno del propio Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se contemplan los escenarios de acudir al 7 de octubre con Chávez enfermo, sin Chávez e incluso que no se celebren elecciones debido, dicen, a algún plan desestabilizador orquestado por la oposición.
* La mayoría de los sondeos dan a Chávez una amplia ventaja en intención de voto sobre Capriles, pero las tendencias hoy en día se invierten a favor del líder opositor cuando se compara con otros pesos pesados del chavismo, como Jaua, el canciller Nicolás Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
* Las figuras analizadas en las quinielas sobre la sucesión, donde aparecen esporádicamente su hermano Adán y a su hija María Gabriela Chávez, están muy lejos de gozar del ascendente sobre las bases, del respeto de los militares y del control sobre los resortes de poder que tiene actualmente el jefe de Estado.
* Aún así, encuestadores creen que cualquiera que fuera el relevo político del mandatario heredaría parte de su caudal electoral al hacer campaña con y en el nombre de Chávez.
* La reciente activación de un Consejo de Estado -figura presente en la Constitución de 1999 pero que nunca se había concretado hasta ahora- podría ser un órgano destinado a encauzar una transición o apoyar a un presidente debilitado, pese a las reiteradas negativas de sus miembros al respecto.