La firma nacionalizada, Fertinitro, cuenta también con una participación accionaria de la petroquímica estatal Pequiven, y está ubicada en el complejo José Antonio Anzoátegui, en el oriente del país petrolero.
Caracas. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ordenó este domingo la nacionalización de una fábrica de fertilizantes constituida con capital de la gigante estadounidense Koch y de una subsidiaria de la empresa de servicios Saipem, de la petrolera italiana Eni.
Chávez, cuyo partido político sufrió un revés en las recientes elecciones parlamentarias de septiembre, prometió hace semanas que profundizaría su autoproclamada "revolución socialista" basada mayormente en la intervención estatal de amplios sectores económicos.
La firma nacionalizada, Fertinitro, cuenta también con una participación accionaria de la petroquímica estatal Pequiven y está ubicada en el complejo José Antonio Anzoátegui en el oriente del país petrolero.
"Exprópiese y pásese a propiedad patria", dijo Chávez en su programa de radio y televisión semanal, Aló Presidente, ordenando la adquisición forzosa de la industria productora de amoníaco y urea.
Chávez agregó que la expropiación servirá para adelantar "los planes nacionales de siembra y producción formulados por el Ejecutivo Nacional y que sean necesarios para la ejecución de la obra plan socialista de soberanía agroalimentaria".
El mes pasado la firma Fith Ratings dio calificación negativa de 'CCC' a una emisión lanzada por Fertinitro de US$250 millones con vencimiento en 2020.
"Fertinitro (...) es una de las plantas de fertilizantes basados en nitrógeno más grandes del mundo con una capacidad de producción diaria de 3.600 toneladas de amoníaco y 4.400 toneladas de urea", dijo un reporte para clientes de Fitch.
Según la calificadora, Pequiven es dueña de 30% de las acciones de Fertinitro, mientras que una filial de la privada Koch Industries mantiene 35% y Snamprogetti, subsidiaria de Saipem, mantiene otro 20% de la participación.
El 20% restante está en manos de la mayor industria venezolana de alimentos, Empresas Polar, que ha sido amenazada de expropiación en múltiples oportunidades por el mandatario izquierdista.
Ninguna de las empresas involucradas estuvo disponible de inmediato para comentarios.
Exprópiese. Chávez que ha nacionalizado grandes empresas petroleras, financieras y de telecomunicaciones, argumentando que son necesarias para lograr el desarrollo del país, ordenó además la adquisición forzosa de la empresa local, Venoco.
Industrias Venoco C. A. es la productora de lubricantes, grasas y solventes más importante de la nación sudamericana.
"Pdvsa produce las bases lubricantes (...) y después vienen unos privados compran la materia prima, ellos tienen las plantas, tienen dinero, tienen unos trabajadores mayormente explotados y producen los lubricantes (...) y los venden cuatro y cinco veces más caro", se quejó Chávez.
El mandatario se ha propuesto reducir la elevada inflación del país sudamericano, cuya economía está atada a innumerables controles de precios y de cambio que analistas dicen crean distorsiones, pero que Chávez defiende como una lucha contra los especuladores.
La inflación acumulada al mes de septiembre de Venezuela trepó hasta 21,2%.
"Ahora con esto van a ver cómo vamos a empezar a bajar los costos y los precios y a liberar a los trabajadores", agregó.
El mandatario ordenó la semana pasada la toma de los activos de la empresa de capital español Agroisleña y la filial local de la Compañía Inglesa C.A., propiedad del Vestey Group, una firma de productos cárnicos inglesa, también aduciendo que lograrían controlar los precios. .
Por otra parte, Chávez dijo que intentará apresurar la aprobación de una ley que le facilitará la toma forzosa de inmuebles y asentamientos urbanos, con el fin de apurar un plan de emergencia habitacional.
Chávez cuenta con el apoyo de la Asamblea Nacional conformada en su mayoría por militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) e intentará apurar la aprobación de leyes polémicas, pero vitales para su proceso, hasta que los escaños sean modificados en enero.
Venezuela tiene un déficit de 2 millones de casas que cada año se incrementa al sumarse unas 120.000 nuevas familias a la búsqueda de soluciones habitacionales, además su mercado de arrendamientos es diminuto y de precios inaccesibles para el grueso de la población.
La situación se agrava en temporadas de lluvias cuando las endebles barriadas venezolanas sufren desbordamientos que este año han dejado decenas de damnificados.
"Tengo un proyecto de ley que voy a mandar a la Asamblea (...) acelerar el rescate de tierras para la construcción de viviendas para el pueblo, incluso intervenir construcciones que están paralizadas o intervenir a algunos especuladores que siguen explotando a la clase media", dijo.