Cuando se conoció que los activistas planeaban tomar la ciudad, Obama decidió invitar al G-8 a Camp David. La cumbre de la OTAN tendrá lugar en Chicago, pero en una zona mucho más segura.
La ciudad estadounidense de Chicago va cambiando su fisonomía con la llegada de un autobús tras otro con manifestantes, que el domingo alzarán sus voces entre los rascacielos contra la doble cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Grupo de los Ocho (G-8).
Abundan las banderas arcoíris, pero también los encapuchados. "Occupy Chicago!", grita un joven con atuendo playero al bajarse del autobús. Los organizadores esperan decenas de miles de activistas para mañana, el día clave. El torbellino que se gestó durante meses en las redes sociales llega hoy con toda su fuerza a las calles de Chicago.
Algunos bancos y negocios cubrieron con tablones sus ventanas y vidrieras, hay calles cercadas y helicópteros sobrevolando la ciudad, la ciudad del presidente Barack Obama.
En Chicago el mandatario estadounidense comenzó la carrera a la Casa Blanca. Por eso, un puñado de buenas fotos de la cumbre podría sumarle puntos para las elecciones de noviembre.
Ayer, en el comienzo de lo que muchos temen que será un fin de semana "caliente", el clima entre los manifestantes fue ampliamente pacífico.
La policía desplegó a 3.000 agentes e informó de apenas 12 detenciones, acompañando incluso varias protestas, informó la agencia de noticias DPA.
Grupos de enfermeras salieron a las soleadas calles de la ciudad para protestar contra lo que consideran un miserable sistema de salud. Piden más fondos, y para ello plantearon un impuesto a lo Robin-Hood para las instituciones financieras.
Otros, maquillados extravagantemente y semidesnudos, protestaron contra la destrucción del medio ambiente y la explotación abusiva de los recursos naturales e instaron a luchar contra las injusticias, las guerras, el hambre y la pobreza, pero sin violencia.
"Chicago no es una ciudad para la violencia o las protestas", dijo un comerciante indio cerca del gigantesco lago Michigan, que vive allí desde hace 29 años.
"La gente viene a Chicago a disfrutar de la vida", afirmó.
Activistas como Samwise escriben en Twitter cosas como: "Si crees que las protestas contra la OTAN son odiosas, imagina lo odioso que puede ser que se bombardee un pueblo".
Sobre todo desde la muerte de un manifestante durante la cumbre del G-8 en Génova, Italia, estas reuniones hacen saltar las alarmas. La presencia de la prensa internacional ofrece a los activistas el mejor escenario. Y en Chicago se calculan unos 2.000 cronistas.
En un principio, Obama había convocado las dos cumbres en Chicago: la mayor reunión de la OTAN hasta la fecha y el encuentro del G-8, los países industrializados más ricos del mundo.
Pero cuando se conoció que los activistas planeaban tomar la ciudad, Obama decidió invitar al G-8 a Camp David. La cumbre de la OTAN tendrá lugar en Chicago, pero en una zona mucho más segura.
Es el primer gran acontecimiento de este tipo que tiene lugar en Estados Unidos fuera de Washington.