"Siempre he creído mucho en el diálogo, escuchar, entender a la personas y buscar puntos de acuerdo. Eso no quiere decir que no vaya a haber más movilizaciones, van a haber, van a seguir, son parte de un proceso", dijo Carolina Schmidt.
Santiago, Xinhua. La flamante ministra chilena de Educación, Carolina Schmidt, reconoció este martes que pese a tener disposición para entablar un diálogo con el movimiento estudiantil, es probable que continúen las protestas.
"Siempre he creído mucho en el diálogo, escuchar, entender a la personas y buscar puntos de acuerdo. Eso no quiere decir que no vaya a haber más movilizaciones, van a haber, van a seguir, son parte de un proceso", dijo Schmidt, quien asumió la víspera la titularidad del ministerio.
La cuarta ministra de Educación del gobierno de Sebastián Piñera asumió el cargo tras la destitución de su antecesor por el parlamento y en medio de un agitado debate político en el país.
El anterior secretario de Educación, Harald Beyer, fue sancionado la semana pasada con la imposibilidad de ocupar cargos públicos por los próximos cinco años, luego de ser hallado culpable de abandono de deberes constitucionales, al no abordar el lucro en la educación universitaria.
El lucro en la educación es un delito contemplado en la legislación chilena y el combate al mismo en la educación superior se convirtió en una de las principales demandas del movimiento estudiantil.
"Tenemos que buscar puntos de acuerdo que nos permitan avanzar. Eso se hace conversando, dialogando. Y se hace en el Congreso y no inmovilizarnos en una situación en la que no haya ninguna propuesta", agregó la ministra Schmidt.
Los estudiantes cuestionaron la posibilidad de obtener utilidades en la administración de un establecimiento educativo, sobre todo si éste recibe subvención estatal. El movimiento también exige un fortalecimiento de la educación pública que implique calidad y gratuidad.
La crisis del sistema educativo chileno fue advertida por la movilización estudiantil de 2011, considerado como el mayor movimiento social desde las protestas contra el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
Estas manifestaciones minaron seriamente la popularidad del gobierno del presidente Sebastián Piñera y causaron serios problemas políticos a su administración.
Los estudiantes prometieron retomar con fuerza las protestas en 2013, coincidiendo con las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre próximo en Chile.