La presidenta de la Confederación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares Subvencionados acusó al gobierno de presentar propuestas ambiguas y sostuvo que la reforma "pasa a llevar el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos".
Centenares de personas participaron este sábado en varias ciudades chilenas en marchas de protesta contra la reforma educacional que impulsa el Gobierno de Michelle Bachelet para avanzar en la gratuidad y calidad de la enseñanza.
Las manifestaciones, que contaron con la presencia de parlamentarios de la oposición derechista, fueron convocadas por la "Confederación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares Subvencionados (Confepa)", para "defender la libertad" de la educación, según sus dirigentes.
Los colegios particulares subvencionados reciben financiación estatal y en muchos de ellos los padres abonan además un copago que permite al establecimiento, según defienden, mejorar la calidad de la enseñanza que imparten.
La reforma del gobierno plantea eliminar el copago, tras detectarse que muchos propietarios no destinan dinero a mejorar los colegios o los sueldos de sus profesores, sino al lucro.
El fin del lucro en la educación, mejores salarios y condiciones para los docentes y el fin de la selección de alumnos son ejes centrales de la propuesta gubernamental, que se financiará con una subida de impuestos a las empresas que permitirá aumentar en US$8.200 millones anuales la recaudación tributaria.
Según los organizadores de las manifestaciones, la reforma eliminará la educación particular subvencionada, pese a que el gobierno ha reiterado que aumentará los subsidios a esos colegios y que, si algún propietario está disconforme, puede trasladar su escuela al área de la educación particular pagada.
Erika Muñoz, presidenta de la Confepa, acusó al gobierno de presentar propuestas ambiguas y sostuvo que la reforma, "pasa a llevar el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos".
En Santiago, la manifestación, que estuvo lejos de ser masiva según informes de los medios, tuvo lugar en el municipio de Quilicura, al norte de la ciudad, donde los asistentes exigieron también que el gobierno retire la iniciativa del Parlamento.
A la manifestación llegaron algunos parlamentarios opositores, entre ellos el senador Andrés Allamand, del partido Renovación Nacional, quien dijo que el problema de la reforma "no es el fondo sino la forma".
"En vez de mejorar y ponerle patines a toda la educación chilena que es lo que el país necesita, lo que se pretende es sacarle los patines a unos para en definitiva ni siquiera ponérselos a los otros", dijo Allamand a los periodistas.
"La gran consigna de esta marcha es que queremos reforma, pero no de esta forma", afirmó por su parte el diputado Patricio Melero, de la Unión Demócrata Independiente (UDI).
Otras ciudades donde hubo manifestaciones similares, que al igual que en Santiago se desarrollaron de forma pacífica, Iquique, Valparaíso, Melipilla, Talca, Concepción, Temuco y Coyhaique.
En tanto, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, pidió paciencia a los padres y reiteró que la reforma no incluye el cierre de colegios.
"Hay todavía padres que están asustados, que creen que vamos a limitar la educación particular subvencionada, que se van a cerrar colegios. Eso no es así, no se va a cerrar ningún colegio, nadie va a tener menos recursos, vamos a aumentar los recursos, todo lo que le pedimos a los particulares subvencionados es que sean inclusivos, que no segreguen", aseveró.
Eyzaguirre, además, insistió en la disposición del gobierno a dialogar, pues "no nos creemos dueños de la verdad"