El senador Alejandro Guillier, del pacto gobernante de centroizquierda, y el exmandatario conservador Sebastián Piñera son los aspirantes al sillón presidencial. Se espera que voten menos de la mitad del padrón de 14.3 millones de chilenos.
Saantiago. Los chilenos concurrían el domingo a las urnas para elegir a un nuevo presidente en un inesperado reñido balotaje, donde se juega la continuidad de las reformas sociales de la centroizquierda frente a la apuesta de una mayor bonanza económica.
El senador Alejandro Guillier, del pacto gobernante de centroizquierda, y el exmandatario conservador Sebastián Piñera son los aspirantes al sillón presidencial, en unos comicios en que el voto es voluntario.
Piñera, de 68 años, logró en la primera vuelta un 36,6% de los votos, un nivel por debajo de la mayoría absoluta, mientras que Guillier obtuvo un 22,7% de los sufragios entre ocho candidatos que compitieron.
Durante la campaña del balotaje, Piñera sumó el apoyo de un excandidato ultraconservador (que obtuvo 7,9%), mientras que Guillier, de 64 años, consiguió el respaldo de casi todos los otros aspirantes de centroizquierda que participaron en la primera vuelta de noviembre.
"Lo que determinará quién ganará se reduce a la cantidad de personas que se quedarán en casa, en particular cuánta gente del lado de Guillier", dijo Robert Funk, director del Centro de Estudios de Opinión Pública de la Universidad de Chile.
Un total de 17.000 miembros de las Fuerzas Armadas están a cargo de resguardar el funcionamiento de las 42.890 mesas receptoras de sufragios.
La elección es vista como un referéndum a la gestión de la presidenta saliente, Michelle Bachelet, quien buscó reducir la enorme brecha de ingresos entre ricos y pobres con una serie de reformas. Sin embargo, varios desacuerdos al interior del oficialismo y una economía casi estancada han ensombrecido el legado de la mandataria.
Los comicios de esta jornada marcarían un punto de inflexión para el pacto oficialista –de democratacristianos, socialistas, radicales y comunistas- y, dependiendo del resultado, podrían ser incluso la antesala del fin de una coalición que ha dominado la política chilena por décadas.
Corregir o blindar. Aunque los dos candidatos mantendrían el modelo económico de libre mercado, Piñera ha prometido que corregirá las reformas en marcha de Bachelet, las que a su juicio han arrastrado a la economía a su peor desempeño en casi una década.
"Los chilenos necesitamos cambios, pero bien hechos (...) superar este clima de estancamiento y recuperar la senda del progreso", dijo Piñera en un acto de cierre de campaña.
El multimillonario, que gobernó entre 2010 y 2014, tiene previsto sufragar cerca de las 09.00 hora local (1200 GMT) en una escuela del centro de la capital.
Guillier busca blindar las reformas económicas y sociales de Bachelet para avanzar hacia una mayor gratuidad en la educación, poner fin al monopolio de las administradoras de pensiones y crear una nueva Constitución.
"Podemos avanzar por un Chile más justo", dijo Guillier al cerrar su campaña esta semana.
El candidato oficialista, de profesión periodista, sufragará en un liceo de la norteña región minera de Antofagasta y luego viajará a Santiago para esperar los resultados.
Se espera que voten menos de la mitad del padrón de 14,3 millones de chilenos.
La creciente abstención ha sido una tendencia de los últimos comicios, ya que en la elección del 2013 la participación llegó al 51% del universo electoral, desde el 59% registrado en las presidenciales del 2009.
Al igual que en la primera vuelta, en este balotaje debuta la votación de los chilenos en el exterior. Cerca de 39.000 personas están habilitadas, es decir, un 10% de los compatriotas que viven en el exterior.
Los primeros cómputos –aunque muy simbólicos- corresponderán a votaciones de chilenos en el extranjero, mientras que los resultados parciales en Chile se conocerían cerca de las 19.00 hora local (2200 GMT).