Ante el 25 aniversario de la masacre de Tiananmen, el gobierno chino ha reforzado sus medidas de seguridad. Varios servicios de Google están siendo bloqueados. Periodistas extranjeros denuncian intimidaciones y acosos.
En vísperas del 25 aniversario de las manifestaciones estudiantiles en la Plaza de Tiananmen, en Pekín, que fueron reprimidas violentamente, las autoridades chinas han reforzado sus medidas de seguridad. En las calles de la capital han sido levantados puestos de control. También ha aumentado la presencia policial.
El organismo de control de censura GreatFire.org informó que algunos servicios de Google están siendo interrumpidos en China. Desde la semana pasada, usuarios de Google, Gmail y muchas otras plataformas no pueden acceder a estas. Según el organismo, el último bloqueo de este tipo se registró en 2012 y no duro más de 12 horas. "Hemos hecho extensas comprobaciones y no hay nada mal por nuestra parte", dijo un portavoz de Google, citado por la agencia Reuters.
El gobierno chino no permite el uso de las plataformas sociales Facebook, Twitter y Google, por lo que están bloqueadas.
Denuncian detenciones de disidentes. Además, la organización defensora de derechos humanos Chinese Human Rights Defenders (CHRD) denuncia que decenas de disidentes chinos han sido detenidos, puestos bajo arresto domiciliario, sometidos a interrogatorio o intimidados de cara al aniversario de la masacre. El grupo dijo haber documentado 64 casos, entre ellos 36 detenciones.
Por su parte, la Asociación de Corresponsales Extranjeros en China (FCCC) denunció en Pekín que los medios extranjeros están siendo sometidos a "un creciente acoso e intimidación", en un aparente intento de impedir que informen sobre el 25 aniversario de la sangrienta represión del movimiento por la democracia el 4 de junio de 1989.
La FCCC se declaró "profundamente preocupada" por el hecho de que la policía china haya convocado a periodistas extranjeros y sus colabororadores chinos y les haya aleccionado y advertido delante de las cámaras. A algunos de los corresponsales la policía les ha amenazado con graves consecuencias y la retirada de su acreditación, según la organización.