La portavoz ministerial Jiang Yu denunció lo que dijo eran los "doble standard" aplicados al sistema legal de China y criticó a la Cámara de Representantes de Estados Unidos por llamar a China a liberar a Liu y su esposa, Liu Xia, quien se encuentra bajo arresto domiciliario.
Pekín. China no cederá a presión externa por el encarcelado ganador del Nobel de la Paz Liu Xiaobo, declaró este jueves el Ministerio de Relaciones Exteriores, tomando un tono combativo el día previo a la entrega formal del premio.
La portavoz ministerial Jiang Yu denunció lo que dijo eran los "doble standard" aplicados al sistema legal de China y criticó a la Cámara de Representantes de Estados Unidos por llamar a China a liberar a Liu y su esposa, Liu Xia, quien se encuentra bajo arresto domiciliario.
China respondió al premio Nobel de la Paz el jueves entregándole el "Premio Confucio de la Paz" al ex vicepresidente taiwanés Lien Chan, aunque su despacho dijo que el laureado no estaba al tanto y no se presentó a recoger el galardón.
Jiang dijo en una conferencia de prensa que ningún intento por presionar a China sobre Liu y "disuadir a China" triunfaría.
"China llama a los relevantes legisladores estadounidenses a detener las palabras y actividades equivocadas sobre el asunto Liu Xiaobo y cambiar su actitud arrogante y grosera (...) Deberían mostrar respeto al pueblo chino y la soberanía legal de China", declaró Jiang.
"La llamada resolución del Congreso estadounidense distorsiona la verdad, se inmiscuye ampliamente en los asuntos internos de China", agregó la portavoz.
Liu fue encerrado la Navidad pasada por subversión al poder estatal y por ser el autor principal de la Carta 08, un manifiesto de intelectuales y activistas exhortando a una reforma democrática en el Estado de partido único.
"Liu Xiaobo no fue condenado a causa de sus declaraciones", declaró, agregando que "Liu escribió y publicó artículos incendiarios en internet, organizando y persuadiendo a otros a firmarlos, para remover y derrocar la autoridad política y sistema social de China".
También sostuvo que "el problema de Liu es que fue más allá de la crítica general; fue un acto que puso en peligro la sociedad".
China, que ve las críticas a sus registros de derechos humanos como un intento por contener su creciente poder, aprovechó su influencia económica para reunir apoyo para un boicot a la ceremonia de premiación en Oslo para Liu, encerrado por 11 años bajo cargos de subversión.
La mayoría de los 18 Estados que se unieron al boicot tienen fuertes lazos comerciales con China o comparten su hostilidad hacia la presión occidental referente a derechos humanos.