El canciller dijo en una rueda de prensa que la revisión fue aprobada por el Tribunal Supremo de Pekín y añadió que hay una "expectativa moderada" y un "optimismo prudente" por parte del gobierno paraguayo para buscar una solución al caso.
Asunción. China revisará en julio el caso de la paraguaya Rosalía Amarilla, condenada a muerte en ese país por un delito de tráfico de drogas, suspendiendo así temporalmente su ejecución, que estaba prevista para el 20 de marzo, informó este martes el canciller de Paraguay, Eladio Loizaga.
El canciller dijo en una rueda de prensa que la revisión fue aprobada por el Tribunal Supremo de Pekín y añadió que hay una "expectativa moderada" y un "optimismo prudente" por parte del gobierno paraguayo para buscar una solución al caso.
Loizaga viajó la semana pasada a Pekín para participar en el foro ministerial entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Le acompañó el abogado Rubén Darío Ortíz, director de Asuntos Legales de la Cancillería, que visitó en prisión a Amarilla, algo que el canciller catalogó de "poco común".
Loizaga pidió prudencia a las ONG y grupos que piden la libertad de Amarilla por tratarse de un "sistema judicial muy estricto".
"No queremos perjudicar a nuestra compatriota", dijo Loizaga en la Cancillería tras entrevistarse con José Félix Amarilla y Aminda Escobar, los padres de Rosalía.
También señaló que en la revisión del caso se tendría en cuenta la buena conducta de la condenada, de 33 años, que fue arrestada en el aeropuerto de Pekín en julio de 2012 cuando intentaba ingresar al país asiático portando cocaína.
Debido a que colaboró con las autoridades chinas, Amarilla obtuvo la suspensión de su condena por dos años.
Paraguay, que carece de relaciones diplomáticas con la República Popular China, comenzó a gestionar el caso a través de Argentina, que sí tiene representación en la nación asiática.
Agregó que cuando se revise la condena, Amarilla "recibirá todo el apoyo que sea necesario de la República de Paraguay".
La organización Amnistía Internacional (AI) considera que Amarilla fue víctima de las redes de trata de personas, que en 2012 la llevaron bajo engaño primero a Brasil y después a China.