Aunque Colombia ostenta la que es considerada como una de las democracias más antiguas y continuas de América Latina, es probable que la votación del domingo enfatice el poder de las familias políticas regionales en lugar de los partidos, según analistas.
Bogotá.- Los colombianos irán a las urnas el domingo para elegir alcaldes, concejales, gobernadores y diputados en unas elecciones locales que definirán el mapa político para las presidenciales de 2022, después de una campaña marcada por los ataques violentos contra algunos candidatos.
Aunque Colombia ostenta la que es considerada como una de las democracias más antiguas y continuas de América Latina, es probable que la votación del domingo enfatice el poder de las familias políticas regionales en lugar de los partidos, según analistas.
Los ganadores de las elecciones del fin de semana quedarán en buena posición para influir en las votaciones legislativas y presidenciales en 2022.
A diferencia de las elecciones presidenciales de 2018 que ganó Iván Duque en las que el país se dividió entre derecha e izquierda, en esta ocasión hay una proliferación de fuerzas lideradas por políticos locales.
"Todo parece indicar que las maquinarias políticas se aliaron, se recompusieron y van a ganar los clanes políticos", dijo a Reuters Ariel Ávila de la Fundación Paz y Reconciliación, quien pronosticó que el Centro Democrático, el Partido de Gobierno, y la izquierda obtendrán triunfos limitados.
La mayoría de los candidatos llegan en coaliciones que involucran a varios partidos o respaldados por firmas de ciudadanos en búsqueda de una identidad de independencia.
Unos 36,6 millones de colombianos están habilitados para votar y elegir 1.101 alcaldes, 32 gobernadores, más de 12.000 concejales, 400 diputados y 6.800 ediles entre más de 116.000 candidatos, según la Registraduría Nacional.
Más 142.000 efectivos de las Fuerzas Armadas tienen la misión de garantizar la seguridad en las elecciones con las que culmina una campaña en la que fueron asesinados siete candidatos, frente a cinco en 2015, mientras que otros 12 fueron víctimas de atentados y más de un centenar amenazados.
Poder en juego en elecciones atípicas. El Gobierno acusó de los ataques y amenazas a los candidatos a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), a las disidencias de las FARC que no aceptaron un acuerdo de paz firmado en 2016 para acabar un conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado 260.000 muertos y a bandas criminales conformadas por exparamilitares de ultraderecha.
"Las elecciones locales es donde realmente se juega el poder político en este país, es el inicio, lo que estructura las siguientes elecciones que son las legislativas y presidenciales", dijo Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral (MOE) al asegurar que la votación del domingo mostrará el poder de los clanes políticos locales.
El clan familiar más conocido es el de los Char, dueños de un grupo empresarial que usan como punta de lanza para sus aspiraciones políticas en Barranquilla, capital del Atlántico y cuarta ciudad del país. Los Char tienen el poder en Barranquilla desde 2008 y su actual candidato es favorito para ganar.
La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, reconoció que "son unas elecciones atípicas" debido a que las candidaturas no corresponden a un partido político o a un sector ideológico, sino a acuerdos locales por diversos intereses.
"Hay grupos armados organizados interesados en capturar entidades territoriales a través de mandatarios que faciliten las actividades ilegales", dijo la ministra del Interior.
Más allá del narcotráfico y la extracción ilícita de oro, los grupos armados ilegales, al igual que clanes familiares que por años han mantenido el poder político local y regional, buscan a través de alcaldes y gobernadores tener acceso a la adjudicación de millonarios contratos, uno de los principales focos de corrupción, según los analistas.
En una señal de lo que representa el poder político local, los líderes de los clanes se niegan a perderlo y lo hereden a familiares o amigos para garantizar la continuidad.
"En Colombia el poder local político es muy fuerte. El que tenga el control de la alcaldía o del departamento tiene un 50% de probabilidad de dejar un sucesor por los niveles de contratación que maneja y los recursos económicos que da", aseguró Ávila.