El director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, Alejandro Eder, aseguró que la continuidad de estas políticas durante más de ocho años asegura una preparación idónea para enfrentar un eventual posconflicto de llegarse a un acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC.
Bogotá. La Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), órgano institucional encargado de coordinar y ejecutar las políticas para la inserción de los actores armados desmovilizados a la vida civil, presenta esta semana los avances en los proyectos implementados hace cerca de ocho años que cobijan a más de 30 mil personas.
El director de la Agencia, Alejandro Eder, explicó que estas políticas son la prolongación de las planteadas por un primer organismo que entre 2003 y 2006 atendió las necesidades de desmovilizados, especialmente de grupos de autodefensa.
Desde entonces, la Alta Consejería Presidencial para la Reintegración reportó el éxito de sus programas reflejado en el aumento permanente de actores armados que llegan a las 32 sedes que tiene el organismo en el territorio nacional.
Eder aseguró que la continuidad de estas políticas durante más de ocho años asegura una preparación idónea para enfrentar un eventual posconflicto de llegarse a un acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Hemos logrado grandes avances no sólo con los desmovilizados de los grupos armados ilegales sino también con la reparación integral de las víctimas, el reconocimiento de las víctimas, con la restitución de tierras de desplazados, con la consolidación de un Centro de la Memoria Histórica que está reconstruyendo la verdad", explicó.
Para el funcionario Colombia en 2014 está mejor preparada para cualquier eventualidad de lo que estaba en 2003 cuando comenzaron las desmovilizaciones de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
"Hay que tener en cuenta también que uno de los retos más grandes que un país, sea cual sea, va a abordar un proceso de construcción de paz, la parte más difícil es comenzar a implementar políticas que son sumamente complejas desde cero, en Colombia no estamos arrancando desde cero", precisó.
Eder sostuvo que el direccionamiento de la reintegración de los desmovilizados se realiza de una forma integral y con programas de corto, mediano y largo plazo que aseguran la inserción positiva de los desmovilizados en la sociedad.
Con atención personalizada e incentivos que van desde la creación de pequeñas y medianas empresas hasta apoyos económicos para aspectos como transporte y alimentación, los programas de reintegración garantizan una baja tasa de deserción entre los desmovilizados.
El funcionario señaló también que el propósito del programa de reinserción es ir más allá del asistencialismo ayudando a los desmovilizados a encontrar sus habilidades para su desarrollo en la legalidad.
Destacó que de los 25 procesos de reintegración que actualmente se desarrollan en el mundo, el colombiano es el de mayor crecimiento con la particularidad de que es el único financiado, diseñado e implementado completamente por el país que sufre el conflicto armado.
"La agencia tiene más de 1.200 colaboradores presentes en 28 de los 32 departamentos de Colombia. Nosotros atendemos más de 30 mil desmovilizados que están presentes en los 32 departamentos de Colombia y en 740 de los 1.100 municipios de Colombia", dijo.
El funcionario recordó que un total de 115 empresas colombianas hacen parte del programa nacional y generan empleo a la población reinsertada de la cual el 88,1% son hombres y el 11,9%, mujeres.
"Nosotros tenemos una política de integración que hoy es considerada por muchos países del mundo como la vanguardia en este tema", resaltó.
Las cifras señalan que de las 30.612 personas atendidas en la agencia, 16.810 pertenecieron a las FARC, 3.619 a las Autodefensas Unidas de Colombia, 3.403 al ELN y 441 a otros grupos armados ilegalmente.
Desde 2006 este programa ha invertido US$669 millones de los cuales el 94% proviene del tesoro nacional.
El proceso individual de reinserción dura aproximadamente siete años y se enfoca en la estabilidad emocional de los adscritos y en su educación.
Para demostrar el éxito del programa lo más evidente son los propios testimonio de quienes han visto mejoras importantes en su desarrollo personal desde que pertenecen a éste.
Es el caso de Yeimy Johana Castro quien fue comandante de escuadra de un frente de las FARC y hoy, después de seis años de desmovilización se siente parte funcional de la sociedad colombiana.
"La principal ventaja es la libertad, sentir que no hay que pedirle permiso a nadie el no sentir miedo de que hoy amaneciste con vida y mañana no sabes si la vas a tener. Acá uno sabe que si le pasa algo son cosas de mi Dios y no que le van a quitar la vida a la fuerza", señaló Castro a Xinhua.
A diferencia de la mayoría de jóvenes que ingresan a las filas de la guerrilla, Castro no fue reclutada a la fuerza, entró voluntariamente a formar parte del grupo subversivo en el departamento del Tolima.
A pesar de haber alcanzado un alto mando dentro de la organización, la joven decidió desmovilizarse para tener una vida normal junto a su familia que hoy gracias a la ACR sostiene con un negocio de comida típica colombiana.
"La experiencia que he tenido acá es que vivo con mi familia, con mi hija con más sueños y metas. Mi paso por allá fue una experiencia, no me arrepiento de nada porque no se saca nada con eso, hay que tratar de enmendar los errores, darnos a conocer para que otras personas no vayan a cometer los mismos errores", concluyó.