El gobierno colombiano se había propuesto erradicar 100.000 hectáreas el año pasado, por lo que cumplió la meta, anunció el presidente Iván Duque, quien reiteró que mantienen su meta de reducir en 50% el área sembrada de cultivos ilícitos para finales de 2022.
Bogotá. Colombia, el primer productor mundial de cocaína, erradicó el año pasado más de 100.000 hectáreas de hoja de coca y confiscó 434,7 toneladas de la droga, reveló este jueves el presidente Iván Duque, quien reiteró su compromiso de reducir los cultivos ilícitos a la mitad al terminar su mandato.
El país sudamericano enfrenta una permanente presión de Estados Unidos, el principal destino de los envíos de cocaína, para reducir el área cultivada después de que las plantaciones se dispararon a más de 209.000 hectáreas al cierre de 2017 con una capacidad potencial para producir 921 toneladas métricas anuales, según el Gobierno de Washington.
El gobierno colombiano se había propuesto erradicar 100.000 hectáreas el año pasado, por lo que cumplió la meta.
"El año 2019 nos trae más de 100.000 hectáreas erradicadas, combinando distintas fuentes. Quiero destacar la labor de la Fuerza Pública que logró la erradicación manual, la cifra más alta que haya visto nuestro país bajo esa modalidad, superando las 94.000 hectáreas", dijo el mandatario.
"Desde luego, enfrentamos el reto de la resiembra, sin duda, pero Colombia mantiene clara su meta de reducir en 50% el área sembrada de cultivos ilícitos para finales del año 2022 o 2023", precisó Duque al revelar que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional confiscaron el año pasado 434,7 toneladas de cocaína, una cifra histórica en la lucha contra el narcotráfico.
Duque está presionando para reiniciar la fumigación aérea de coca con el herbicida glifosato, que es más eficiente y rápida que la erradicación manual.
Colombia suspendió en 2015 esa actividad, acogiendo una recomendación de la Organización Mundial de Salud que considera el herbicida como potencialmente cancerígeno y nocivo para la salud y el medio ambiente.
Duque busca cumplir varios requisitos exigidos por un tribunal para reanudar la aspersión, posiblemente en el primer semestre de este año. En el narcotráfico, considerado el combustible que alimenta el conflicto armado interno, están implicados grupos guerrilleros izquierdistas, bandas criminales y carteles locales, de acuerdo con fuentes de seguridad.