Este 25 de mayo 33 millones de colombianos elegirán presidente. Aunque urgen reformas, la campaña se redujo a un solo tema: la paz. O la guerra, si el uribismo regresa, dicen analistas. La paz de Santos pende de un hilo.
Colombia es un país de oportunidades no aprovechadas. A pesar de que necesita reformar sus sistemas judicial y de salud; combatir la pobreza, el desempleo y la inseguridad; construir una infraestructura para el siglo XXI y renegociar algunos TLC, estos temas fueron relegados por el omnipresente debate sobre la paz.
Esta es la octava elección presidencial en serie en la que los electores colombianos tendrán que decidirse por la paz o por la guerra. Si bien esta es una historia de fracasos, es también la muestra de que “de los más de 50 años de guerra interna, los colombianos han dedicado 30 a buscar la paz con las más diversas iniciativas”, recuerda a DW la politóloga Sabine Kurtenbach, del Instituto alemán para Estudios Latinoamericanos (GIGA), con sede en Hamburgo.
De izquierda a derecha...Cinco candidatos quieren ser presidentes de Colombia entre 2014 y 2018: Clara López, por los izquierdistas partidos Polo Democrático Alternativo/Unión Patriótica; Enrique Peñalosa, de Alianza Verde; Marta Lucía Ramírez, del Partido Conservador; Oscar Iván Zuluaga, del partido uribista Centro Democrático y Juan Manuel Santos, el candidato-presidente por la Unidad Nacional, una coalición de conservadores y liberales.
“Todos los 5 candidatos dicen querer la paz, la cuestión es bajo cuáles condiciones pretenden hacerla posible”, dice a DW Angelika Rethberg, científica del GIGA. Con la paz como tema obligado, todos los candidatos, menos el uribista, apoyan, en principio, la formula de Santos que actualmente se negocia con las FARC en La Habana.